La posible salida de Roberto Chen del Málaga me hace reflexionar sobre la política de fichajes que los blanquiazules adoptaron este verano para afrontar la nueva realidad del club. Apostar por el talento de las jóvenes promesas rastreadas desde la secretaría técnica para fichar barato y poder vender caro en un futuro. Algo así como lo que practican en Europa equipos como el Borussia Dortmund o el Oporto.
En este mercado estival llegaron a Málaga fichajes tan sorpresivos como, a la postre, poco efectivos por lo que hemos podido observar a lo largo de esta primera mitad de temporada. Todos ellos aterrizaron en la capital de la Costa del Sol avalados por ese dogma que me permitiré el lujo de bautizar como “Método Dortmund”. Jugadores jóvenes, promesas en sus clubs, pero sin experiencia a primer nivel, alguno de ellos ni había pisado Europa. Apuesta de riesgo donde las haya.
Los Pawlowski, Bobley Anderson, Flavio y Roberto Chen aún no han cuajado en La Rosaleda. Unos por falta de minutos como Chen o Pawlowski, otros han demostrado que no están hechos al máximo nivel como Bobley y el caso de Flavio, inédito hasta la pasada jornada por una grave lesión en sus primeros días de pretemporada en la disciplina malaguista.
Se me viene a la mente una pregunta: ¿ha fracasado el Málaga con esta nueva política a la hora de fichar? Francamente, no lo sé. Como para todo en la vida ahora corresponde mirar el reloj en busca de que el tiempo pase y ponga a todos donde realmente se merezcan. Sin embargo el tiempo en un equipo con urgencias no es ningún aliado. Para ello tal vez el Málaga fichó a gente más contrastada como Angeleri, Tissone o El Hamdaoui que, no obstante, tampoco han dado todo lo que se esperaba de ellos. Mal panorama.
El mercado invernal, y sobre todo la llegada de Husillos, puede dar un giro a esta situación en la que se encuentran en las oficinas de Martiricos. La llegada de Pablo Pérez ya habla de soluciones en lugar de apuestas y quizás lo mejor sea buscar acomodo a dicho envido. En ello están con Roberto Chen, de proyección palpable pero ávido de minutos, al que pretenden ceder en breve al fútbol belga.
No se descartan más salidas. Futbolistas como Pawloswki o Bobley no están contando nada para Bernd Schuster que, una y otra vez, se ha quejado de las limitaciones de su plantilla. Foguear a las promesas tiene que ser parte clave de esta nueva doctrina. Una vez hecha la apuesta lo lógico es o ganar o perder lo mínimo con ella. ¿Habrá paciencia con el Método Dortmund? Hagan sus apuestas.
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