Málaga 0-1 Real Madrid. El Real Madrid ha conseguido esta noche algo más que tres puntos en La Rosaleda, la victoria supone un colchón de tranquilidad antes de llegar al clásico del próximo domingo frente al Barça. Este era de los partidos señalados como peligrosos en el calendario, de esos que da por pensar que el equipo está más pendiente de lo que se le viene más que de lo que tiene en el momento.
Como se esperaba el partido no ha sido fácil para los hombres de Ancelotti, sufrió durante casi todo el partido y el de siempre, Cristiano, anotó el gol que daba la victoria al Madrid. El Málaga planteó un partido difícil para los blancos y Duda fue el mayor incordio para la defensa visitante. El público ovacionó a Isco recordando los grandes momentos que ha dado a los malaguistas.
El gran problema del Málaga no fue jugarle de tú a tú al Madrid sino que el Madrid es capaz de golpear mucho más fuerte que cualquier otro. A los cinco minutos de empezar el partido hubo un penalti clamoroso de Angeleri sobre Bale que el árbitro o no quiso pitar o simplemente iba pensando en otra cosa. La pena máxima la vieron hasta los aficionados del gallinero pero resoplaron al ver que Martínez Munuera no lo había pitado. Pasados los veinte minutos de juego Cristiano abrió el marcador, el luso controló el balón en el área y despojándose de los rivales con dos toques se abrió hueco y disparó raso y con potencia a la portería de Willy Caballero que nada pudo hacer por pararlo.
A pesar de ir perdiendo la primera parte hizo visible el gran trabajo de hombres como Amrabat que no paró ni un momento de presionar y participar en el juego de su equipo. Y uno de los ya habituales en estos partidos, Willy Caballero fue de nuevo una pesadilla para el Madrid que tiene una especie de obcecación con el portero del conjunto malagueño. Benzema se retiró del campo a la media hora de partido por un golpe en su cuádriceps y en su lugar entró Di María. Al término de la primera parte las ocasiones del Madrid eran cada vez más claras pero sin llegar a materializar ninguna.
La segunda parte sirvió de respiro para los locales que salieron más enchufados que los blancos, a pesar de que Isco pudo hacer el segundo gol. Lo tenía todo de cara para hacer el gol, pero la presión o la melancolía de jugar contra su ex equipo hizo que enviara la pelota por encima del travesaño. El público comenzó a corear su nombre. Según avanzaban los minutos el Málaga fue ganando presencia y encerrando al Madrid en su campo con una gran actuación de Duda que estaba en todas partes y generaba las grandes ocasiones de empatar el partido. Sergio Sánchez tuvo la oportunidad más clara al golpear de primeras un balón en el área pero se marchó alto.
El Madrid aguantaba y en cuanto podía salía a la contra para intentar matar el partido pero ni un equipo ni otro pudieron materializar ningún gol. Tras el pitido del final los jugadores blancos respiraron aliviados y consiguieron el gran objetivo que eran los tres puntos antes de la visita del Barça al Santiago Bernabéu.
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