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El Real Jaén y la piel mudable de los resultados

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 Jona Real jaénEl Real Jaén se reconcilió con el triunfo. No pasaba nada que no tuviera que ver con el fútbol. Una derrota nunca es buena, dos son una crisis. Lo importante de un mal momento no es el momento en sí, es la capacidad de salir de ese trance por el camino adecuado. La serenidad ayuda a la elección correcta pese a que una derrota sea, para los menos capacitados, una señal alarmante o el anuncio claro de una catástrofe.  Perder resta, sin embargo la cohesión de un grupo se logra a partir de buenas dinámicas y también gestionando con acierto los descalabros.

No sé lo que puede ocurrir al final pero, observando a distancia, se intuye la vigencia de una idea. Una idea que soporta todos los “sucesos” de la temporada: derrotas, victorias, lesiones, buenas rachas, roces, euforia, alarmas, discrepancias. Una mezcla de todo lo que en un conjunto, sin norte claro, puede servir para arruinar un proyecto. El Real Jaén inició el curso con una con ventaja sobre muchos equipos. Puede que tenga el menor presupuesto de esta competición pero ingresó en la categoría sabiendo a lo que quería jugar. Los sistemas se cambian, se acomodan, se retuercen o se improvisan pero la idea  se graba en la mente del jugador en un ejercicio pedagógico fundamental para, cuando el ojo se ciega, que la mente conduzca, sostenga el ánimo y ponga el piloto automático en mitad de la niebla. Zozobran primero los equipos que carecen de identidad. La victoria ante el Sporting es solo la confirmación de que, bajo la piel mudable de los resultados semanales, hay un armazón de la materia más resistente: la idea.

El equipo sabe que, por encima de rachas individuales, buenas formas concretas o reacciones viscerales de la grada, hay un poder superior que lo sostiene y que es su mejor aliado para lograr el objetivo. Tiene una idea a la que se agarra cuando todos creen que anda perdido. Esa es la razón por la que, a las primeras deserciones entre la afición, la platilla ha podido responder con un triunfo integral -capacidad de reacción, fe, fútbol y eficacia- demostrando que esto, sobre todo, es de los futbolistas. Los demás miramos y eso, necesariamente, no quiere decir ni que veamos ni que entendamos. Ellos, sin embargo, para no entrar en conflicto nos dan la razón como a los locos y nosotros, tan contentos.