Inicio 1ª División Gane quien gane

Gane quien gane

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73867_DEPORTE_07_REAL_MADRIDLa Copa se plantea como una tabla de salvación para ricos en apuros. La Liga de dos, se ha convertido en Liga de tres y el invitado deja sin postre a los anfitriones. Dos clubes que solo se miran entre ellos han dejado que un conjunto, fuera de estas pugnas desde hace muchos años, se convierta en la bestia parda que les aparta de Liga y, a uno de ellos, de la Champions. ¿Pasa algo? Nada. La excepción que confirma la regla. Esto es hoy así pero mañana será como siempre.

Lo cierto, sin entrar en juegos malabares ni en bolas de cristal, es que Barcelona y Madrid se juegan la vida, porque el Atlético de Madrid les está quitando casi todas las posibilidades de ganar otra cosa que no sea la Copa. La final tiene todo el poder de un partido jugado por los clubes más potentes de la historia del fútbol, pasen por el momento que pasen, y eso retumba en el mundo entero. El dato no es menor.

Nada que ver sin embargo con los tiempos de Mou. Está final con Mou y Guardiola sería una bomba de ansiedad. Hoy puede que lo sea también,  pero ni el Tata ni Ancelotti manejan  el desafuero verbal del portugués ni la sordina con retranca de Guardiola. Son dos entrenadores en apuros con una altísima dosis de normalidad, pese a que los queramos despedazar para encontrarles el flanco débil del divismo. No lo tienen. Aciertan o se equivocan pero son desesperadamente normales. Uno ganará y otro perderá pero, salvo gran sorpresa, no habrá rajadas exculpatorias. Son caballeros sin dobleces ni concesiones a la galería, ganan o pierden pero no se reinventan, cosa que a gradece el fútbol, aunque a los periodistas nos vinieran bien una ración de poca vergüenza. No es el caso.

El fútbol regala estas finales y en España, por muy repetidas, siempre son acontecimientos. Esta vez se miden el futuro, quizás ya escrito del Tata Martino, y el crédito de un ganador como Ancelotti. Barça y Madrid son el Olimpo. Puedes haberlo ganado todo en todas partes y muchas veces pero esta es la reválida. Hay que hacer que el Barcelona siga ganando y rehabilitar al Real Madrid. Uno de los dos no cumplirá y será fatal. Más lejos de eso, y lo mejor, es que la final será un grandísimo partido de fútbol. Difícilmente un solo encuentro puede reunir a tantas estrellas, a tantos campeones del mundo. Que sufran otros. Al fútbol español le toca disfrutar, gane quien gane.