Real Madrid 3-1 Espanyol. Tarde extraña en el Santiago Bernabéu. Hace mucho tiempo que estas gradas no veían como otros dos equipos se disputaban el título de Liga dejando al Real Madrid fuera de la lucha. La mente de los blancos está puesta en la final del próximo sábado desde hace mucho tiempo. Son muchos años esperando ese momento y todo lo demás se queda en un segundo plano. Lo peor son las sensaciones, desde hace varias jornadas los blancos no consiguen ganar un partido y el juego ha caído en picado. Pero la mala noticia no es esa, las miradas están puestas en Cristiano Ronaldo. El luso aún no ha conseguido recuperarse de sus molestias y de nuevo tuvo que ausentarse del partido aquejado de las molestias en el calentamiento dejando serias dudas de su presencia en la final de la Champions.
La primera parte fue de tanteo entre ambos equipos, sin molestarse mucho, conociéndose. El balón fue el protagonista con el Real Madrid haciéndose con el mando del juego. El Espanyol estaba bien asentado sobre el césped, tapando las subidas del Madrid pero sin generar ningún tipo de peligro en el área de Iker Casillas. Justo en frente en el área del otro Casilla la cosa era distinta, las ocasiones blancas llegaban pero la actuación del portero fue segura en todo momento. Benzema y Bale lo intentaron de todas las formas posibles pero no consiguieron atravesar el escudo de la portería visitante. En cualquier caso se volvió a ver a un Madrid apático, sin chispa y como si de un amistoso de verano se tratase.
Los mismos problemas continuaron en la segunda parte. La superioridad blanca permitía jugar en campo visitante pero las ocasiones se quedaban en eso, en ocasiones. Ancelotti dio entrada a Modric en busca del cambio y lo consiguió. Poco tuvo el croata que ver pero hacía el minuto veinte el Madrid se adelantó en el marcador, pase entre líneas de Benzema para Bale y el galés cruzando el balón delante de Casilla anotaba el primero para los blancos. Un gol que necesitaba el equipo y mucho más la grada. A parte de Modric también entró Morata sustituyendo a un Benzema con molestias. Cada vez que sale el canterano al campo es la misma película. Un par de jugadas dónde la grada le pita por individualista y en los minutos finales marca su gol.
Cuando apenas quedaban 5 minutos para el final el partido se volvió loco, llegaron todos los goles que no llegaron durante los anteriores 85 minutos. El 2-0 iba a llegar de una jugada rapidísima entre Ramos, Di María y Morata. Balón sacado muy rápido por Ramos que entregaba en velocidad a Di María y el argentino en vez de finalizar él la jugada la cedía para que Morata rematara a puerta vacía. Sin apenas descanso el Espanyol acortaba distancias en la jugada siguiente con un tanto de Pizzi. El partido parecía cerrado pero otra contra rapidísima de Di María y Morata acabó por poner el 3-1 definitivo en el marcador obra de nuevo de Morata.
Victoria importante del Real Madrid que supone una inyección de moral de cara a la final de la Champions.
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