Una acción desafortunada. Eso es lo que parecería para casi todo el mundo la expulsión de Toni García en último partido ante el Cacereño. Y digo para casi todo el mundo porque hay una persona a quien esto beneficia. Hablo por supuesto de Ángel de la Calzada. El joven guardameta lagarto sabe que este infortunio de su compañero juega a su favor ya que le abre la puerta a la titularidad en el próximo partido ante el Sevilla Atlético. Una nueva oportunidad para una de las perlas de la cantera jienense que da la talla cada vez que le toca salir a escena.
Su carrera en el mundo del fútbol enmascara una edad que seduce. Experiencia no le falta y cuando ha tenido la oportunidad de intervenir bajo las órdenes de Aybar ha actuado de forma sobresaliente dando garantías de la seguridad y las cualidades que atesora. Ahora Ángel se encuentra a la que supone la segunda oportunidad de esta temporada. A buen seguro estará al nivel que exige un equipo que aspira al ascenso. Trabajo, calidad, entrega, dedicación, ilusión y sacrificio es lo que pone sobre la mesa De la Calzada. Ya solo falta un entrenador decidido a apostar por el futuro del Real Jaén.
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