Los pueblos tienen muchas formas de proyectar su grandeza y en el deporte hay determinados gestos que identifican la calidad humana y la capacidad de agradecimiento de toda una sociedad. La vida nos muestra, demasiadas veces, lo doloroso de reconocimientos que no se hacen u homenajes que no se concretan por diferencias que no tienen que ver ni con el deporte ni con las personas.
Quizás esa actitud viciada y demasiado corriente por desgracia, otorga más valor a lo que ha sucedido en Arcos de la Frontera. Allí el Gobierno Municipal y la oposición (PSOE-PP- Al-PRO-Cs) se han puesto de acuerdo para distinguir a una familia deportiva que ha marcado el ambiente futbolístico de Arcos en su historia reciente. La familia Álvarez Benítez ha sido siempre sinónimo de fútbol, de buen fútbol, y de valores humanos en el deporte y en la vida. Su pueblo, sin fisuras y con la responsabilidad y el acuerdo unánime de una sociedad agradecida y madura, ha querido dejar constancia de la admiración y el valor del ejemplo dado por José Antonio, Manuel y Francisco Javier, dando su nombre a un campo de fútbol situado en el Barrio del Santiscal. El campo, desde este mes de enero, lleva el nombre de la familia «Álvarez Benítez» con lo que de alguna forma también se rinde homenaje, además de a los hijos, a sus padres Justo y Rosario.
Jaén tiene la suerte de contar entre sus jienenses de adopción con José Antonio Álvarez. Álvarez llegó a Jaén para jugar en el Real Jaén en la temporada 83/84 y jugó tres temporadas en La Victoria. Venía procedente del Castilla más mediático que se recuerda. Jugó con futbolistas como, Michel, Butragueño, Ochotorena o Chendo. Álvarez ya había jugado con el Cádiz en Primera División a las órdenes de Roque Olsen. Después de pasar por el Real Jaén salió para jugar en Ronda, Tenerife y Villarreal y de vuelta a Jaén en equipos de la provincia como Úbeda, Martos y Torredonjimeno. «Jose» es un ser humano extraordinario y en Jaén, después del fútbol ha encontrado también una ciudad que le reconoce como futbolista y que sabe el altísimo nivel que José Antonio Álvarez tiene como persona.
Su hermano Manolo ha sido también un futbolista de larga trayectoria con una brillante carrera en clubes históricos del fútbol español. Antes, cuando iniciaba su trayectoria, jugó en El Chiclanero. De ahí pasó al Linares C.F. Fichó por el Real Valladolid, fue cedido al Jerez Industrial. En Pucela jugaría diez temporadas. Salió de Valladolid para otro club emblemático del fútbol español, el Real Murcia con el que llegó hasta Primera División. Gran carrera.
El tercero de los futbolistas homenajeados fue Francisco Javier Álvarez que, como en los dos casos anteriores, inició su carrera en el fútbol local pero el Cádiz C.F. lo captó con solo 17 años. Pasó por cesiones como la del Imperio de Murcia, jugó en el Arcos CF pero el deseo expreso de los entrenadores del conjunto cadista lo llevó al filial del conjunto amarillo donde destacó como goleador. Helmut Senekoitsch lo reclamó para la primera plantilla gaditana. También jugó en Primera División con el Cádiz hasta que se lesionó en el Camp Nou con el coriano Manolo Cardo en el banquillo. Luego inició un largo periplo por diferentes equipos de Levante y Andalucía. Carrera generosa y marcada también por episodios de gran brillantez.
La jornada, que comenzó con discursos de reconocimiento y respuestas agradecidas, acabó con un partido de fútbol entre los veteranos del Arcos y del Cádiz. Se descubrió una placa que bautizaba definitivamente el Campo de Fútbol de la Barriada del Santiscal, con el nombre de los Hermanos Álvarez Benítez. Destacar las palabras del Alcalde de Arcos de la Frontera, Isidoro Gambín, que puso de manifiesto los valores de los tres exjugadores y la importancia del acuerdo municipal que se alcanzó por unanimidad de todos los grupos municipales que, para dar más importancia al momento, estuvieron presentes en el acto. La iniciativa partió de Domingo González Gil, del PP. Esto da más valor al hecho en sí y señala la altura política del Grupo que gobierna en el Ayuntamiento de Arcos y de la oposición al completo. Ejemplo.
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