Las caras de velatorio en el banquillo del Barcelona anticipaban otra bofetada de realidad en el Juegos del Mediterráneo de Almería. Con Xavi, Piqué, Alves, Suárez y Neymar bajo techo en la primera parte los de Luis Enrique a punto estuvieron de paladear, de nuevo, el verde del césped. Una victoria que llegó in extremis y que, pese a ser balsámica, no disipa las dudas en Can Barça. Un equipo que sigue sin saber a qué juega, y que vive a día de hoy de los chispazos de sus estrellas, faltaría más. Enfrente un Almería que jugó a lo que debía, sabiendo que el dominio no pasaba por sus botas, y esperando su turno, como hiciera el Celta la pasada jornada.
Con un 11 plagado de ausencias no hubo un dominio claro en la primera parte. Las soluciones pasaban por el banquillo. Pero antes, Thievy tuvo tiempo de adelantar a los andaluces con un contragolpe de libro liderado por Fernando Soriano, que sirvió un gran balón al franco-congoleño para batir por bajo a Claudio Bravo. Una doble oportunidad de Rakitic y Messi fue todo lo que aportaron los culés en la primera parte. Los aspavientos y los rostros mirando al tendido era la postal de este Barça, desconocido y muy lejos de esa identidad y esa alegría que amenizaban cada fin de semana.
Con la entrada de Neymar y Luis Suárez en la segunda mitad el partido se jugó en el área del Almería. El reloj corría, y el larguero y la mira desviada no fueron aliados para los azulgrana, hoy de amarillo. Hasta en dos ocasiones se encontró Messi con la madera. El salvador no fue esta vez el argentino, como ante el Ajax. Sí lo fue Luis Suárez, que hizo de Xavi, o de Messi, o de no sabemos quién, porque a día de hoy no existe esa figura que daba paso previo al gol. El uruguayo asistió a Neymar primero, con un balón colgado que entró llorando en la portería de Rubén. Diez minutos después hizo lo propio con Jordi Alba, misma posición y casi idéntico gol.
Tres puntos que sitúan momentáneamente al Barça en lo alto de la clasificación, pero que suponen una cortina de humo y que distan mucho de la situación actual de este equipo. Sin dominio, sin ideas, cabizbajo y con mucho trabajo por delante en manos de Luis Enrique. El Almería, por su parte, sigue con su dinámica negativa y son ya cuatro jornadas consecutivas sin puntuar, situándose a tan solo un punto de la zona de descenso.
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