Inicio 1ª División Celta 2 – 0 Atlético: El Atleti padece su resaca en Balaidos

Celta 2 – 0 Atlético: El Atleti padece su resaca en Balaidos

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saul orellanaEl peor partido del Atlético de Madrid en lo que va de temporada. Así se podría resumir el encuentro que los del Cholo protagonizaron, por decir algo, ante el Celta. Si a esto añadimos una pésima actuación arbitral, que condicionó sobremanera el resultado, tenemos esa mezcla fatídica que amargó el dulce sabor que quedaba de la victoria ante el Real Madrid. Nolito, desde el punto de penalti, y Orellana firmaron los tantos de choque.

No bajó el Atlético del autobús. Esa es la sensación que quedó tras los primeros cuarenta y cinco minutos. Significativo fue el hecho de que a los treinta minutos Simeone ya hubiese sacado a Tiago del campo. Si pudiera haber sacado a los once a buen seguro lo habría hecho. Imprecisiones una detrás de otra. Individualidades ahogadas en la apatía de sus protagonistas. Y a todo esto el Celta dejando escapar a su presa cuando más herida estaba.

Cuando acabó la tortura futbolística que supuso la primera mitad, la situación no tuvo visos de mejorar para los colchoneros. El Cholo se dio cuenta de que el tridente Mandzukic, Griezmann y Torres resultó un fiasco, así que sacó del campo a este último e introdujo en él a Cani. El ex del Villarreal dio a los rojiblancos presencia en el centro del campo y posesión de balón. Parecía que el dominio del partido cambiaba de bando y entonces Martínez Munuera hizo su aparición estelar. Mano clara de un jugador celtista que lanzaba una contra. El colegiado entonaba el «jueguen, jueguen» no viendo lo que todo el mundo si que vio. Lo que observó a la perfección fue el penalti que Mario cometió sobre Nolito. Este último transformaba la pena máxima.

Se sobreponía el Atlético al golpe y lo intentaba por todos los medios. Saúl, de lo poco potable de los rojiblancos, casi pone las tablas con buen disparo que atajó Sergio. Juanfran y Siqueira aparecía por fin en faceta ofensiva y Mandzukic comenzaba a ver de cerca el balón, pero la resaca no tiene remedio y además es cíclica. Esta vez la náusea vino en una jugada tranzada a la perfección por los celtistas en la medular. Orellana se plantaba solo ante Moyá y lo batía con un disparo cruzado.

Hasta el final del encuentro se pudo ver cómo el Atlética se ahogaba en la agonía de intentarse enganchar a un encuentro que había pasado ya hace tiempo. Para una vez que pudo acercarse, con un penalti clarísimo que sufrió Siqueira, el trencilla decidió que para qué iba a complicarse la vida. Mejor una derrota que ya todos tenían asumida. Total como su actuación ya era insalvable que más daba. Tampoco es que el Atlético pueda quejarse del árbitro, los rojiblancos mostraron el mismo nivel que él.