Javier Imbroda.- Una vida rota. Lalo García, símbolo del baloncesto de Valladolid, decidió quitarse la vida ¿Qué le pasó por su cabeza para hacer semejante barbaridad? No tengo respuesta, pero, ¿quién la tiene? Lalo fue un destacado jugador, una rara avis de pertenencia al mismo club a lo largo de su carrera, algo inaudito en estos tiempos que corren. Un jugador, puro corazón, limitado técnicamente, pero su mentalidad competitiva, suplía esas carencias hasta hacerlo imprescindible. Un hombre entregado a ese proyecto llamado Fórum Filatélico, dentro y fuera de la cancha. Una vez retirado, con su camiseta colgada del pabellón Pisuerga en reconocimiento a su trayectoria, padeció el hundimiento de esa empresa, y de la noche a la mañana, se quedó sin trabajo y sin dinero. No levantó cabeza. Coincidí con él en mi temporada y media de Valladolid, era entonces director deportivo del club, y conocí a un hombre que distaba mucho de sus carreras por las canchas. Ese ímpetu competitivo se transformó en un hombre apagado y con la mirada perdida. Era otro. Ahora queda el recuerdo de un impresionante deportista, pero también queda el de sus seres queridos, y sobre todo el de su hijo, que se preguntará el resto de sus días, ¿por qué su padre tomó esa decisión?
– Rutina de líder. Unicaja tras su victoria en Rusia, unido al palizón de viaje para aterrizar en Fuenlabrada sin apenas descanso, solventó con apuros su victoria, como algo rutinario. La inercia ganadora de un equipo que sigue comandando la clasificación. Tiene mucho mérito este Unicaja de Plaza. Entiendo la desazón del entrenador cuando se lamenta del poco valor que a veces se da a la trayectoria del equipo. Parece que pesa más su devenir en una fase de la liga europea que ha competido sin fortuna que por el global de una excelente temporada. Unicaja es líder y no transmite ningún síntoma de decaimiento a pesar de la presión que representa estar por encima de todos. Una magnífica señal para los playoffs que se avecinan.
– Del Bosque cuestionado. Lo que es la vida. Un entrenador idolatrado por todos los éxitos conseguidos con la selección. Una personalidad serena, sin aspavientos por todo lo logrado, vive ahora momentos delicados, donde se cuestiona su continuidad. Ganar un Mundial tiene eso, solo puedes bajar. A partir de esa hazaña histórica, toca recomponer un equipo que deleitó al mundo entero. Los jugadores no son eternos, y los que vienen empujando detrás, necesitan ganarse el respeto que los anteriores consiguieron. Y esa transición no es fácil. Nadie sabe mejor que Del Bosque, qué hacer en esta tesitura. En cualquier caso, en España somos verdaderos especialistas en destruir lo que tanto nos hizo disfrutar. El respeto, un valor en peligro de extinción.
– Ricky Rubio. No parece que los duendes acompañen a este gran jugador. Se pierde lo que queda de temporada por una lesión de tobillo. No sabemos cuántas lesiones lleva ya, todas como siempre, inoportunas. Completar una temporada sin problemas físicos, se está convirtiendo en este chico en algo casi heroico. Una pena que no podamos disfrutar de todo su talento. Malditas lesiones.
– Balazos. A la peña se le va la cabeza. El Fenerbahce turco fue tiroteado camino del aeropuerto tras vencer su partido en tierras del rival. Resultado, el conductor grave y el enorme susto de algo inconcebible. La seguridad al cien por cien, no existe, pero estas acciones, te dejan sin palabras. Las acciones violentas en el mundo del fútbol, parecen no tener final.
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