El Real Jaén presentó ayer su plantilla. Echó mano de los recursos comunes. La Catedral. Una pena que todos la usen, como «marco incomparable», y casi nadie se decida, de verdad, a convertirla en eje y motor de una ciudad tan necesitada de argumentos sociales, culturales y económicos, pero ese es otro tema.
La puesta de largo, en el plano social ha sido digna, es otra forma de hacer las cosas. Una imagen nueva. Se ha usado una fórmula conocida pero que sirve. Lo importante es que el equipo está ahí, que se ha podido armar y que, a partir de ahora, solo va a contar lo deportivo. Hay otras líneas de actuación que tienen que resolver los ejecutivos, los miembros del Consejo de Administración y la clase política que ayer se colocó en la foto.
Si no fuera porque conozco perfectamente a los representantes de los partidos que aparecen en la foto, diaría que han pecado de inocentes. Tal y cómo está la situación, en el Real Jaén y en la sociedad, esa foto es un compromiso, poco menos que un contrato. Es mejor pensar que solo es un protocolo pero, tengo la sensación, por lo que ha dicho el presidente en su intervención, que la foto tendrá un precio. Nada nuevo por otra parte. Lo realmente importante es que el Real Jaén tiene un equipo bien construido, un entrenador con las mejores referencias y un Director Deportivo, muy metido en la idea del equilibrio general de una estructura que baila en la cuerda floja. Nada mejor que conocer el problema para encontrar la solución. Ojalá que sea para bien.
Follow
