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Polvorín Málaga C.F.

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jeque malagaJavier Imbroda.- ¿Alguien sabe qué quiere hacer la propiedad con el club? Si existe ese alguien, se ruega nos lo haga saber, los aficionados, que son el verdadero patrimonio, lo agradecerían.

La cansina comunicación, vía twitter de un propietario a miles de kilómetros de aquí, ha dejado de tener credibilidad. Los cambios que se avecinan sin que nadie explique los motivos, la incertidumbre que se genera, el sálvese quien pueda dentro de la organización, la desorientación instalada en el ambiente, traen como consecuencia los malos resultados, y el desánimo.

Aunque el entrenador y sus capitanes, se esfuercen por aparentar normalidad y alejarse de los vaivenes institucionales, es inevitable la influencia negativa que ejerce sobre el equipo. Puede ser que alguno piense que esta disparatada situación por la que vive el club, no justifica la falta de puntería de sus delanteros. En parte es así, pero un equipo de los llamados modestos, es material muy sensible. Para que un equipo funcione, necesita absoluta estabilidad interna a su alrededor, concentrado en lo suyo, corrigiendo los errores, y sobre todo, calma en la derrota, y freno a la euforia. Sin desconcierto.

Y esto, no está ocurriendo. Las llamadas del propietario a que los cambios serán para llevar al equipo a lo más alto, suenan a vacío. Si no, ¿cómo se explica la permanente salida de los mejores jugadores cada final de temporada?

Los grandes proyectos, no se hacen a golpe de talonario exclusivamente. Se necesita un criterio que equilibre las exigencias que la alta competición demandan, y actualmente, no existe ni criterio, ni ningún rumbo que ofrezca cierta sensatez. La propiedad no ejerce su liderazgo, y los gestores hacen lo que pueden, huérfanos de directrices.

El Málaga hoy es un polvorín de consecuencias imprevisibles. Nadie sabe, ni siquiera sé si su propietario es consciente, qué va a suceder. El equipo deambula por la competición como fiel reflejo de su situación. Hace poco reseñaba, que las hazañas del equipo ya estaban amortizadas. Se necesita mucho más que un tuit aislado. Se necesita credibilidad. Una credibilidad que a día de hoy, ni está, ni se le espera. Un Málaga en manos de la nada.

Reflexiones:

El clásico. El partido del siglo de cada año (qué pesadez), deja un damnificado inesperado, el Presidente del Madrid, el hasta ahora intocable, Florentino Pérez. La esquizofrenia deportiva de ese gran club, deja maltrecho a todos. Ya saben, se llenarán las tertulias de todo tipo de teorías conspiratorias. La realidad es que siempre habrá un entrenador a mano donde descargar la ira. La trituradora de ese deseado y al mismo tiempo maldito banquillo, se ha puesto en marcha una vez más.

Nombres propios:

–       Raúl colgó las botas. Un grande entre los grandes. Un ejemplo de profesionalidad. Seguro que donde vaya, seguirá dejando huella de buen hacer.

–      Jonah Lomu. Aunque en España el Rugby, desgraciadamente, no sea un deporte mayoritario, no ha pasado desapercibido el fallecimiento del primer jugador global, allá en los años 90. El respeto de todo un país, Nueva Zelanda, y resto del mundo. Me emocionó el recuerdo que los colegios neozelandeses, dispensaron a alguien que marcó una época. Cuánto echo de menos, esos reconocimientos en nuestro país. Qué poco nos queremos y respetamos.

–      UMA Antequera. Un equipo diseñado desde los despachos por Pedro Montiel, y magistralmente entrenados por Moli, hacen de un equipo formado por estudiantes, un modelo que nace en la Universidad, y que compite entre los mejores. El todopoderoso Barça, puede dar fe de ello.