Inicio 1ª División Patinazo en casa ante un gran Levante (1-1)

Patinazo en casa ante un gran Levante (1-1)

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Para celebrar su 108 cumpleaños, la Unión Deportiva Levante se regaló un excepcional empate en el Santiago Bernabéu tras realizar un sensacional partido de fútbol. Un bloque que lima cada detalle y con gran dosis de trabajo detrás, lo que se traduce en once jugadores perfectamente ordenados en el campo, sin grietas y con pocos resquicios para explotar por parte del contrario. El Real Madrid solo pudo hacerle un gol al colectivo dirigido por Juan Ramón López Muñiz. Fue un partido espeso, como si los once jugadores blancos fuesen el personaje de Monica Vitti cuando se aturde bajo la niebla espesa del desierto rojo de Antonioni.

No es buen augurio que, dos minutos antes de comenzar, Sergio Ramos recibiese el galardón al Jugador Más Saludable. Es como si se premiase a Juan y Medio por fomentar el empoderamiento de la mujer. Y eso que el de Camas fue de lo mejor del Real, si se ha de destacar algo. Poco se puede decir de Casilla, pues la única que le dispararon, no la paró. Se echaron de menos hasta los rezos de Keylor. La empanada de la zaga fue mayúscula en el gol de Levante, como si le quisieran hacer un homenaje a la vida, pues el gol visitante lo marcó Ivi, cuyo nombre evoca a un clínica de fertilidad.

Tras el tanto levantinista, el Real Madrid quiso intentarlo, pero no podía. Para colmo de los males, el único nueve puro se lesionó, y tuvo que salir en su lugar Bale. Como escribe el periodista Ángel del Riego, el galés se dedicó a dar aplausos «raulistas» ante cada uno de los pases que él recibía y a los que raramente llegaba. Lo de Bale es sintomático: desde su lesión juega con el freno de mano echado, en sus carreras hacia la nada y en su tez robótica tiene visos de exfutbolista, lo que resulta verdaderamente triste cuando, hace justo doce meses, era el mejor del ataque blanco sin discusión. Bale está a años luz de Cristiano, por lo que Zidane está echando de menos más de lo que podría haberse imaginado al olfato y la capacidad de desmarque que el luso mostró al final del curso pasado.

El amante del fútbol también echó en falta a Modric y a Casemiro. El vacío que deja en sus ausencias el brasileño tiene un radio mayor sobre el césped que el desatado por la bomba atómica de Hiroshima, por lo que el intento de Llorente de cumplir semejantes funciones no lo iguala ni un largometraje de Resnais, por mucho que el español pueda ser más poético y descender de mejor familia, algo nada desdeñable en un club tan aristocrático como el Real Madrid. Pero si alguien naufragó como debutante titular fue Theo. Su partido fue cochambroso: sus desmarques de autómata eran estériles, cargados de centros sin puntería y una total falta de sintonía con Marcelo, que lo afeó a él pero que también afeó al trabajo ofensivo del cuadro blanco por la banda izquierda. No fue tampoco el día de Lucas Vázquez, pese a hacer él el gol del empate, pues sus labores como funcionario destacan más si se rodea de los buenos y si emerge como revulsivo. Tampoco destacó Asensio, debido a un aparente cansancio, aunque no conviene sacar conclusiones negativas sobre él: quizás lo que sucede es que está en contra de la Revolución Cultural maoísta y no le gusta el horario de la una de la tarde.

Poco más se puede destacar del Real Madrid. El Levante realizó un partido soberbio, y recordó a aquel que ganó, años ha, en el Bernabéu, con un gol de penalty de Salva Ballesta quien, probablemente, esté ahora en un campo de entrenamiento militar por si se han de sacar los tanques a la calle el próximo 1 de octubre.

 

REAL MADRID 1 – U.D. LEVANTE 1

0-1 Ivi (14′)

1-1 Lucas Vázquez (35′)

MVP: Toño García

Árbitro, José Hernández Hernández: MAL