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La Tercera de Jaén, a balón pasado

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Martos CD  2 –  Villacarrillo CF 1

El fútbol tiene la virtud de volver sobre lo pisado y conceder oportunidades nuevas para arreglar desatinos anteriores. Siempre ofrece una salida, mucho más, cuando se trata de una competición larga. El Villacarrillo debe estar pensando que la suya, tarda.

Los jugadores de Ruano han hecho méritos para no pasar lo que están pasando. En los encuentros disputados hasta el momento, en el Grupo IX de Tercera División, no han logrado puntuar. Es duro. El Villacarrillo no esperaba un retorno tan duro ni una competición tan intransigente con ellos. Sin embargo este fin de semana tampoco pudieron lograr que su cuenta de puntos se moviera. Sigue a cero.

 El partido le trajo a Toni, entrenador local,  la satisfacción de los tres puntos pero la amargura de un incidente con la grada. La grada, para un entrenador, debe ser otro mundo. Un mundo al que no se puede prestar atención durante un partido, ni para lo bueno ni para lo malo. Toni lo sabe, pero debió tener un olvido transitorio. Mejor mirar al campo y escuchar a los que tienes al lado. Lo de atrás, si no suma, no sirve.

La salida del conjunto villacarrillense a Martos no era fácil. La inercia que los marteños habían tomado en Torremolinos, les hacía rival muy peligroso y más en su campo. En cualquier caso conocedores de las dificultades, los visitantes, salieron a jugar sus cartas y a no conceder. El Martos lo acusó pero supo defenderse. Los ajustes planteados por Ruano le estaban dando frutos y lograron provocar un error defensivo que iba a colocarles en ventaja. Jacob, muy activo hasta entonces, logró el gol para su equipo.  Había mucho partido por delante pero se abrió una ventana para el Villacarrillo. Bueno, se abrió a medias. No tardó mucho el Martos en salir en busca de lo suyo y de restaurar el equilibrio perdido en el marcador. Sutil fue el encargado de anotar el gol del empate, después de una jugada de muchas conexiones antes de ver cómo la pelota entraba en el marco del Villacarrillo. Descanso.

A la vuelta del vestuario, como si al equipo del Veracruz se le hubiera perdido la hoja de ruta, fue diferente. Poco a poco el cuadro de Toni se hizo dueño del terreno de juego y, pese a que

No  hubo muchos argumentos por parte del Villacarrillo que trató de buscar su camino para volver adelantarse, pero sería Buenaño el que diera rentabilidad al dominio marteño. El Martos levanta y el Villacarrillo debe seguir su camino. Hay partidos y queda tiempo. Se trata de ganar, claro.

Real Jaén CF 1 – El Palo 1

El Real Jaén sigue en obras. Ni es verdad que los empates en casa sean justos, como se desprende de análisis que vienen de fuera, ni se puede dar por bueno un empate en un campo, en el que el Real Jaén debe ser dueño y señor. Equilibrio. La fiesta debe hacerse cuando toca. Es curioso que, frente a las dudas del verano, ahora se escuchen vítores y banderas al viento: el equipo juega bien. Faltaría más. Esto, seguramente, nace de los incrédulos que ponían en duda la idoneidad de Valenciano. El Real Jaén jugará  muy bien, de verdad, cuando acabe de armarse y de aprender a jugar con el pie, con la cabeza, con el sistema  y, cuando se pierda en mitad de un partido, con la memoria. Hasta entonces habrá que esperar y escuchar menos a los que, en la distancia, dan buenos consejos. Eso sería lo bueno para un equipo al que se le pide la excelencia des que descendió.

El rival del Real Jaén es un equipo trabajado y que tiene años de vuelo. Áspero y con la lección aprendida. Campo grande y rival con fútbol. Contra eso, defensa pulcra, movimientos coordinados y todos juntos.  Al Palo le salió. Le sirvió toda la primera parte y le funcionó al comienzo de la segunda. El Real Jaén hacía el fútbol y El Palo hizo el gol. Bueno para ellos y bonito para el Real Jaén pero, así, las cuentas no salen. Menos mal que la corrección al disparate llegó pronto y, desde donde se la juega el que tira, se resolvió. Penalti y gol del empate. Para los paleños había marcado minutos antes Mauri, respondiendo a un balón de banda, y el autor del gol jienense fue Armero. Todo por delante. A razón de las sensaciones el Real Jaén debía culminar la euforia derivada del gol del empate. No fue. Incluso los visitantes dispusieron de alguna oportunidad. Victoria moral. Victoria pírrica. No sirvió para sumar pero consuela y da ánimos. Muchas veces se pierde o se empata pero hay formas y formas. El Real Jaén no ganó, pero está logrando emitir mensajes positivos. Me alegro por Vanleciano. Tiene derecho a que el oráculo del futbol jienense lo deje trabajar en paz. Ya le ajustarán las cuentas o le harán la ola, que cintura tiene el oráculo para eso y para más. Todo a su tiempo y con tiempo. Veremos.

Huétor Tajar 1 – At. Mancha Real 1

El Mancha Real tira de experiencia. La tiene, en la memoria reciente cómo equipo, y en las horas de vuelo de algunos de sus jugadores, de manera particular. La salida era de compromiso. Muy parejos en la tabla, los visitantes y el Huétor Tajar, sabían que iba a ser un debate de noventa minutos. Largo. Partido de pares. Primera parte fea. No hubo lujos. Ropa de calle.  Atención a las marcas. Atención máxima y pocas concesiones. Pendientes de la segunda jugada y ojos en la nuca. El público, ruidoso y prudente a partes iguales, estaba viendo un partido que no le gustó.  Era más el respeto que el atrevimiento. En fútbol se elige, casi siempre, el mal menor. El Huétor Tajar iba a sacar petróleo de una jugada de autor, termino poniendo el balón a Manu que, certero, adelantaba a su equipo. Desequilibrio que se antojaba excesivo para los méritos de ambos conjuntos pero…gol es gol.

Terminó el primer acto y solo quedaron dudas y la esperanza de que el fútbol vistoso apareciera en la segunda parte. El vistoso porque, fútbol es también, el que se hace defendiendo, marcando y moviéndose con sentido, para que el otro equipo, no haga lo que ha pensado. Se suele llamar: fútbol táctico. Motes al margen, eso también es fútbol. Óscar Quesada, no lo digo por este partido, lo puede explicar muy bien. Ha jugado todo el fútbol posible. Solo hace falta ir al campo con los ojos abiertos y la mente dispuesta a ver fútbol y no solo a ver ganar a un equipo.

La segunda parte fue la de la respuesta. El Mancha Real no estaba por la labor de conceder descanso a la incertidumbre. Quería conseguir algo. El equipo local, asumiendo su jerarquía de anfitrión, salió a responder a su parroquia. Obligado a la confirmación. No quería derramar la cántara que había llenado antes del descanso. Les había costado mucho. Sin embargo hay muchas lecciones parecidas en la memoria histórica de los manchegos. El partido empezó de nuevo para los jugadores de Rizos. Iban, empujaban, buscaban el pase entre líneas. La brega era, muchas veces, poco vistosa pero tenía sentido. El equipo se habla, ve que puede. Se suda a favor de obra. El gol puede llegar y llega. Bauti lo firmó. Quedaba partido pero, afortunadamente para el Mancha Real, contra la necesidad y el orgullo de los de casa, estuvo el orden y, en algún momento, la fortuna. Pitido final. Miradas de complicidad, palmas que se chocan y a casa. El Mancha Real suma y sigue.

Linares Deportivo 2 – Atarfe 0

El Linares Deportivo, seguramente, no ha encontrado su nivel óptimo de juego. Sería chocante que a estas alturas ya lo tuviera. Juega en busca de su identidad. Persigue una idea, que a unos convencerá y a otros les acarreará dudas. Lo que cuenta siempre es que entrenador y equipo hablen el mismo idioma. Los resultados, de momento, hablan en favor de ese idioma común que lleva al Linares por el camino deseado. Nada es definitivo pero, sin duda, es mejor ganar y poder pensar que perder y salir corriendo en busca de lo perdido. Calma es lo que han encontrado Aguado y su plantilla para trabajar sin urgencias. El Atarfe fue a Linarejos con las cuentas hechas: mucho que ganar, poco que perder.

El Linares todavía tiene que jugar más partidos en esta categoría. Lleva muy poco tiempo fuera de ella pero, del infierno, nos olvidamos pronto. No debe confundir la necesidad de ganar con la urgencia por ganar. Debe aprender, sobre todo en casa, que los demás tienen el reloj pero que el tiempo del partido lo marcan ellos, sus jugadores. Un partido dura lo que dura un partido y en Linarejos, para los rivales, mucho más. Tiempo, equilibrio, toque, paciencia y remate.

Los minutos pasaban y el gol seguía jugando al escondite con los azulillos. El ecuador del partido parecía una losa para el equipo y para el público. La urgencia. Afortunadamente, antes del descanso, Javi López remataba sin oposición válida y hacía el primer gol. Se terminó la pesadilla. Solo era un gol pero, las sensaciones, era que allí ya no iba a darse la sorpresa.

La segunda parte fue un esperar a la sentencia pero, en ese tiempo, el Atarfe no quería ser convidado de piedra. Apuntó, lanzó y erró. Tuvo, al menos, dos lances para haber roto el pronóstico pero solo era fogueo. El Linares, ya más armado de moral y jerarquía, el que haría el segundo gol que cerraba el partido. Casi 20 minutos antes del final ya estaba la historia contada. Javi López volvió a marcar. Poco después se fue del campo y ahora está en una cama de hospital recuperándose de una operación de apendicitis. Cara y cruz para un goleador. La felicidad casi nunca es completa.

Guadix 1 – UDC Torredonjimeno 1

Todos los partidos tienen su manual, cada uno el suyo. La estructura de encuentro es la misma, las entrañas de cada choque no se parecen en casi nada. Cada noventa minutos tienen su huella dactilar. El Torredonjimeno venía de un triunfo en casa, que solventó con cierta suficiencia y tenía la firme convicción de alargar, con otro triunfo, esa dinámica recién estrenada. Lo pudo hacer porque el viento sopló a favor de los visitantes en Guadix. Pese a ello y, cuando jugaba con un hombre más e iba por delante en el marcador en el marcador, las cosas empezaron no ir cómo a Chumilla le hubiera gustado. El Guadix, roto en su portería por la expulsión de su guardameta, acarreaba el fardo de un gol en contra, el de Juan C.

Eso parecía determinante pero solo fue una impresión. Ahí el Torredonjimeno no logró la serenidad suficiente como para evitar la fuga de los puntos. Es de suponer que el técnico visitante, Manolo Chumilla, incluirá esta pérdida de puntos en el capítulo de “formación” que todos los conjuntos tienen abierta a estas alturas de temporada. Partidos como el de Guadix, seguramente, se van a plantear más. Sin embargo, como decíamos, cada partido tiene su ADN y cada lance necesita  herramientas apropiadas. Tener a punto esa caja de herramientas y saber usarlas en cada momento será la mejor manera de solventar problemas como el planteado en Guadix. En cualquier caso, el empate logrado por los locales en inferioridad y con un portero joven bajo palos, será un ejemplo al que echar mano cuando sea necesario, para evitar que una victoria que estaba en la mano se rompa y derive en mal menor, un empate. Tampoco está mal.