Inicio Opinión Antonio Oliver El Real Jaén por dónde solía…o el aceite divino

El Real Jaén por dónde solía…o el aceite divino

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El Real Jaén vuelve a estar en una esquina no deseada. La esquina de la duda. Para mí, un resultado bueno, es la mejor ocasión para la discrepancia. Los equipos de fútbol son empresas pero, cuando hay aficiones fuertes, las escrituras de esas empresas las tiene la grada. Hay casos que confirman la regla pero se trata de eso, de la excepción.

Se ha empezado a desmontar, a mejorar para el autor, el equipo aprovechando la fiesta y el viento. Viejo como el fútbol. Sin embargo, no hay propietario que aguante la presión de una afición convencida de que está siendo engañada. Tengo curiosidad por ver si la afición del Real Jaén sigue la cuerda y se deja llevar por el domingo a domingo o se queja por desinformación.

Se ha abierto la ampliación de capital. Hay que esperar la traducción en números de los acuerdos que se han alcanzado para desmontar la estructura previa. No creo que propiedades y la aportación de los aficionados sean el proyecto. Sería bueno saber quién viene, y con qué argumentos económicos, para que se haya hecho esta enmienda deportiva a la totalidad.

Si todo sale bien y se produce la cuadratura del círculo, habrá que dar la razón a los tejedores del milagro. No me van a doler prendas. Lo otro sería terrible. Imperdonable. Una acción directa y errónea por intuición o desconocimiento de la materia, sería injustificable. Digan lo que digan los trovadores de la corte. Empachados y agradecidos por dos migajas informativas.

Creo que hay demasiados desconocedores de la materia, copiadores y entusiasmados ante el fulgor de lo que jamás soñaron. Saúlo, al caer del caballo, lo entendió todo. Podría ser. Lo mejor es vivir de día y dormir de noche. Cambiar el ritmo natural confunde. Luz, aunque sea humana, sobre las cosas. Las otras perjudican el entendimiento. No se puede ser una cosa y la contraria. El Real Jaén no se lo puede permitir. Deseo su acierto. Hasta ahora solo vi un Guadiana permanente, un Bebel…un disparate. Qué dios les asista con una divina unción de aceite salvador. Su suerte será la de miles de amigos míos que llevan el escudo como herencia de sus padres y en el pecho un corazón que late por esta idea. No sé si lo entienden…