Inicio Champions League Otros puntos que vuelan del Bernabéu (1-1)

Otros puntos que vuelan del Bernabéu (1-1)

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Llega el otoño, la estación más melancólica del año, y en el Bernabéu siguen echándose de menos esas victorias de la temporada pasada, en la que el empuje y el derribo con el que sometía el equipo de Zidane a sus víctimas se transformaba en victorias en casa, en algarabías con goles in extremis y la sensación de ser invencibles en el coliseo blanco. Son ya seis los partidos jugados por los blancos en la Castellana desde que arrancó la temporada y solo han conseguido vencer al débil Apoel y a un paupérrimo Espanyol. El Tottenham es el mejor equipo que ha pisado el césped blanco hasta la fecha, y aunque el Real Madrid tuvo ocasiones para ganar, la disciplina férrea y el buen hacer instaurados por Pochettino se premió con un justo empate.

Llovía livianamente en Chamartín y, claro, eso no frenó ni un ápice el entusiasmo desmedido de los muchísimos seguidores ingleses que volaron hasta la capital. Desde el calentamiento hasta el pitido final, los aficionados de los Spurs fueron mucho más ruidosos que todo el Bernabéu en su conjunto. Al no ser 1 de octubre, el respetable merengue estaba más callado. !Incluso los ingleses parecían haber traído más banderas¡ Además, no se escuchó ningún cántico típico del contexto como ¡Gibraltar español! o algo así. Cosa rara. Por suerte, triunfó el fútbol, pues fue un excepcional partido.

«Ronaldo hits the post!», gritó un periodista inglés desde su cabina en el minuto 4. El luso, en su competición fetiche, pudo abrir la lata muy pronto, tras una gran jugada de Achraf, en su tercera partido seguido como titular. Y es que, en clave marxista, el hijo de un querido carnicero de Getafe volvió a ser el mejor jugador de su equipo. Ya a nadie extraña el excepcional rendimiento de Achraf Hakimi. Tampoco a nadie extraña que Benzemà, solo, fallara el rechace tras la pelota repelida por el poste en el cabezazo de Cristiano.

En la otra portería, a Varane le tocó bailar con la más fea. Harry Kane es un jugador brillante, con una potencia y una calidad descomunal. A su lado, Llorente le hizo la vida imposible a Sergio Ramos, que no vivió su mejor noche ante su antiguo compañero de selección. Kane obligó a Navas a realizar una excepcional parada en el minuto 18, pero la que no pudo sacar fue la pelota que, en forcejeo con el citado Kane, su compañero Varane introdujo en su meta. ¡Own goal!, gritaba el entusiasta periodista británico desde su cabina.

Como un homenaje a sus costumbres, el Real Madrid se puso por debajo en el marcador y se dedicó a encerrar a su rival e intentar generar ocasiones. Pero esta empresa es difícil ante un equipo tan bien trabajado y estructurado como es el Tottenham de Pochettino, un entrenador que, en su cuarto año al frente del equipo del norte de Londres, amenaza con instaurar, desde el silencio, un reinado próspero al estilo de Ferguson o Wenger. En su 3-4-1-2, todos defienden y presionan en estático, y Erikssen, Kane y Llorente tienen toda la libertad para desplegarse por el campo como mariposas cuando ellos tienen la pelota.

Eso sí, no pudieron hacer nada para evitar el empate. Kroos, tras una gran jugada colectiva del Real Madrid, con brillante pase de Benzemá, provocó un penalty en el área chica que Cristiano se encargó en transformar. Era el quinto gol del portugués en Liga de Campeones, por lo que empataba en el pichichi con Kane.

En la segunda parte pudo ganar el Real Madrid. Increíble parece que Lloris le salvara un cabezazo a bocajarro a Benzemá, que parece empañado en fallar cuantas más ocasiones seguidas posibles, como si el encanto de este residiese en poder regatear a sus rivales en un baldosa y solo transformar los tantos más difíciles. En realidad sí, ese es su encanto, y por eso Benzemá es un tipo imprescindible. Pero también pudo vencer el cuadro inglés. Le sirvieron los rezos a Navas, pues realizó un auténtico paradón en un mano a mano con Kane cuando la afición ya se había echado las manos a la cabeza.

No dio tiempo para más. Ambas escuadras ofrecieron un gran partido de fútbol y, salvo catástrofe, avanzarán a la siguiente fase.