El Real Madrid no fue un muerto como en el partido en Girona y ofreció más lucha en Wembley, pero no valió de nada ante un excepcional Tottenham, que se impuso en orden y eficacia a los de Zidane y que sumen al actual campeón de Europa en una mini-crisis al encadenar su segunda derrota consecutiva.
Todo se empezó a complicar pronto, pese al buen inicio blanco, cuando los de Pochettino demostraron que, no con mucho, podían llegar al área rival con gran peligro. En fuera de juego llegó el primero, sobre la media hora de encuentro. Trippier se internó bien en la banda, en fuera de juego, y puso un buen centro para que Dele Alli la introdujese en la puerta de Casilla, que salió de una forma liviana y paupérrima. Reaccionó el Real Madrid pero no se llegó a concretar ninguna acción. Descanso.
La segunda contienda arrancó con el dominio de la pelota pero sin gran peligro ante la meta de Lloris, que volvió a ser un seguro de vida bajo palos. Y, de nuevo, Alli puso el segundo. En esta ocasión el gol llegó tras una excepcional jugada personal y un tiro a meta con suerte, pues rebotó en Ramos y despistó a Casilla. El tercero vino tras un contraataque de libro, con una muy buena combinación entre Alli, Kane y Erikseen. El danés fue el encargado de batir a Casilla.
Pese a la imposibilidad de la hazaña, el Madrid se volvió respondón en los últimos quince minutos. Así llegó el tanto de Ronaldo, tras el enésima centro de Achraf, que cuajó un partido bueno en ataque. No así Modric o Kroos, que parecieron cansados, lo cual es muy preocupante para Zidane. Asensio entró y se hizo amo de la pelota, pero ya era tarde.
El Tottenham ganó por primera vez en su historia al Real Madrid y confirma, prácticamente, que será primero de grupo. Salvo masacre, los blancos serán segundos.
Foto: Realmadrid.com
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