Diego J. González.- El líder venció en casa del Villacarrillo, el penúltimo clasificado. Normal, obvio, pensarán quienes hayan comprobado el 0-1 final. Coherente con la distancia sideral entre ambos equipos reflejada en la clasificación, el escudo, el presupuesto o hasta el look de sus futbolistas.
Error. Craso error. Ganó quien no lo mereció este domingo. El Villacarrillo fue superior y, como mínimo, tuvo que haberse llevado un empate. El Malagueño decepcionó, vivió de las rentas y perdió tiempo desde el minuto 2, mientras que los locales dispusieron de claras ocasiones para llevarse al partido. “El Pupas” se antoja un eufemismo de lo más light para calificar lo que está padeciendo el club celeste esta temporada.
Al encuentro le sobró un minuto. El primero. No había tomado asiento aún la parroquia campiñesa cuando una jugada por banda izquierda malagueña desembocó en un rechace que Harper aprovecharía para abrir (y cerrar a la postre) el marcador. El prematuro tanto presagiaba un calvario por delante, una goleada.
Nada más lejos de la realidad. Al bisoño cuadro dirigido por Ruano se le “olvidaría” jugar al fútbol desde ese momento, con un conservadurismo impropio de un filial de una escuadra de Primera División. Fue el Villacarrillo el que tomó las riendas del choque. Con sus endémicas carencias (temple en la medular, profundidad, remate), pero dominando al líder. Isaac y Juan Ángel tuvieron en sus testas las más reseñables opciones para lograr el empate en el primer round, mientras que el Malagueño ni siquiera inquietó el arco de Alberto, al que sólo Niza puso en aprietos en una cesión suicida que casi se convierte en el siniestro 0-2.
La imagen del guardamenta visitante Kellyan perdiendo tiempo desde los albores del combate era definitiva para entender cuáles eran los derroteros por los que estaba transcurriendo el mismo. El Malagueño no quería que se jugara y el trío arbitral liderado por Reyes Estévez (no el atleta) se “sumó” a la causa. Su “Black Friday” de amonestaciones a los locales (más bien “Yellow Sunday”) desquició al respetable e insufló aire a un líder contra las cuerdas. Recordaba a aquella escena de la Guerra Civil en la Universidad de Salamanca: el “ganaréis, pero no convenceréis” de Unamuno y el “muera la inteligencia” de Millán Astray, evocado por Reyes Estévez esta vez.
En la segunda mitad los de Párraga intensificaron su dominio y dispusieron de flagrantes oportunidades para lograr batir al inefable Kellyan. Fran avisó en los primeros minutos con un libre directo al lateral de la red y sería con la entrada de Jacob y el recién fichado Montero cuando los celestes embotellarían al filial. El empate pudo llegar en una doble ocasión cuando un balón suelto en el área chica tras internada de Jacob por banda no logró ser remachado por Fran y, acto seguido, el chut de Montero desde la frontal lo repelió in extremis Kellyan.
El Veracruz rugía por momentos, cómplice de un equipo que se estaba vaciando y merodeaba el gol. La igualada tenía que llegar y así se antojó cuando Cuevas, de nuevo el mejor, empaló un derechazo desde fuera del área que el larguero escupió cuando se cantaba el tanto. No pudo ser. Los de Párraga lo intentaron hasta la extenuación, mas no pudieron con su infortunio ni con la zaga visitante liderada por el omnipresente Ian Soler. El Malagueño suplicaba un final que inexorablemente llegaría para escarnio de un Villacarrillo maldecido, guerrero sin premio; jugando como nunca, perdiendo como siempre.
Es evidente que no hay justicia en este mundo, en este mundillo. Por eso el Veracruz despidió a los suyos con una misericorde ovación.
FICHA TÉCNICA
Villacarrillo CF: Alberto; Abraham, Meissa, Niza, Sergio; Sabaca, Juan Ángel; Isaac (Jacob, min. 55), Cuevas, Fran y Facu (Montero, min. 71).
Atlético Malagueño: Kellyan; Rodríguez, Chica, Soler, Ramos; Alemán, Matyas; Abeledo (Altamirano, min. 71), Deco (Iván, min. 18), Moreno (Nané, min. 80) y Harper.
Goles: 0-1. Harper, min. 1.
Árbitro: Reyes Estévez (Granada). Amonestó por los locales a Niza, Sergio, Meissa, Isaac, Jacob, Cuevas, Sabaca, Juan Ángel, Facu y al entrenador Jesús Párraga; por parte visitante a Kellyan, Soler y Alemán.
Incidencias: Municipal Veracruz, unas 400 personas. La grada despidió con pitos al trío arbitral y con una gran ovación a su equipo pese a la derrota.
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