Es de naturaleza humana ir siempre con el más débil, el que menos recursos tiene, el que tiene todas las de perder. Quizá nos guste ver triunfar siempre a David contra Goliat, y si hablamos de fútbol en general y de nuestra Liga en particular la sensación es muy parecida.
Ocurrió hace varias temporadas, cuando el Atlético de Madrid rompió el duopolio de Madrid y Barça, que duraba ya nueve años. Y aunque el Girona nunca tenga licencia para acercarse al título, su lucha por Europa un año después de lograr el ascenso es digna de aplaudir.
43 puntos de 84 posibles y con la salvación en el bolsillo. Nunca en la historia un novel en Primera había logrado algo así. Con el 3-5-2 por bandera y una apuesta joven y valiente, Machín ha dado con una fórmula que muy pocos han logrado descifrar, ni siquiera algunos grandes.
De hecho, los catalanes han logrado 8 puntos de 30 cuando enfrente estaba un equipo que le superaba en la tabla. Tres ante Madrid y Villarreal y dos frente al Atlético de Madrid. Mañana los albirrojos llegarán al Bernabéu con ganas de agrandar la gesta de la ida en Montilivi. Suena a topicazo, pero el límite de este Girona está en sus botas. La gloria ya la tienen, todo lo que venga ahora será una hazaña más para un equipo que hace seis años salió a la venta por un euro y que a día de hoy es impagable.
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