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Champions: cuatro grandes en busca de un Campeón

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Javier Muñoz.- Llegó el momento de la verdad de la Champions League, la antesala de la final en la que se suele inclinar la balanza por detalles muy concretos. Y es que el único representante español no se quedó satisfecho del todo, pero digamos que podría haber sido peor. Sonará raro, pero lo peor del sorteo para los intereses blancos es jugar la vuelta en casa.

El Real Madrid ha evitado al equipo que no quería ver a doble partido de ninguna de las maneras, y ese es el Liverpool de Klopp. Su intensidad, plena concentración, aguante incombustible, una mentalidad constantemente ofensiva, etc podrían acabar por desgastar al Madrid en la eliminatoria. A pesar de que disponen de grandes individualidades como el actual pichichi de la Bota de Oro (empatado con Messi), sus principales virtudes residen en las combinaciones colectivas con ambición de cara a portería.

Parece que sus mentes van a otra velocidad y, por lo tanto, también sus acciones con y sin balón. Esto hace que sus ataques sean imprevisibles y muy difíciles de atajar. Por si fuera poco, en Anfield son espoleados de una forma increíble. La presión para los rivales debe ser insoportable y ellos juegan cuales pirañas en busca de una presa. Si este enfrentamiento se produjese en la final pensaríamos que podría ser diferente, ya que el equipo blanco en las finales es prácticamente infalible.

Si el Madrid es el único y gran rival a batir, este aspecto se doblega contra el Bayern, ya que eliminar tres veces consecutivas a un equipo de tal calibre sería toda una hazaña. Su estilo de juego bien podría ser el que mejor le viene al Real Madrid, si bien ambos equipos cuentan con un mayor número de jugadores experimentados y con más calidad respecto a los otros dos candidatos.

Los de Heynckes, experto de los banquillos que conoce al dedillo los entresijos de la filosofía de Concha Espina, afrontarán el coche especialmente motivados, también por el supuesto ‘robo’ que se trató de vender la anterior temporada. En cambio, este ámbito pierde fuelle debido a la lesión de uno de sus máximos exponentes. Sin Arturo Vidal en el once, el Bayern pierde coraje, empuje, competitividad…

Los otros dos aspectos que en teoría deberían tranquilizar a la vinkingada es que cuanto más difícil sea el rival, más se crece el Real Madrid, y que la genética blanca hace que éste nunca se rinda. Pese al mal partido realizado en la vuelta de Cuartos de Final, así pudimos verlo ante la Juve, superando los golpes recibidos y siempre sacando su histórico orgullo para ser el único equipo que quería ganar sin que se disputase la prórroga. No obstante, no olvidemos que el Bayern se sustenta sobre una fisionomía parecida, de ganador nato… por lo que el bando que mejor explote esta mentalidad, tendrá mucho ganado. Esperamos que no les entren dudas tras el pésimo partido cuajado en defensa ante la Juventus.

Por otro lado, el colchón de confianza para este Madrid de Zidane es la soltura con la que se desenvuelve en enfrentamientos de este calibre. Algo que parece ya ha tomado por costumbre, con las ideas muy claras tanto de solidez y equilibrio como a la hora de hacer daño al rival. Así como la seguridad de tener a una figura que traduzca todo esto en victorias y títulos, al mejor goleador de la historia como ha demostrado ser Cristiano Ronaldo.

Paradójicamente, lo que podría ser un arma de doble filo es jugar la vuelta en casa, porque parece que a los de Zidane les viene mejor recibir al rival en la ida. Y a los hechos nos remitimos. Se nos vienen a la memoria las dos eliminatorias entre bávaros y madridistas correspondientes a las ediciones de 2014, cuando el Real Madrid sentenció la eliminatoria en el Allianz Arena con un global de 5-0, y 2017, ocasión en la que dicha eliminatoria presentó un desarrollo muy diferente: cuartos de final decantado a favor de los blancos con una prórroga en el Bernabéu.

Otros dos ejemplos son las eliminatorias frente al Atlético el año pasado, en la que los blancos exhibieron su mejor versión, y la de precisamente frente a la Juventus, cuando el combinado de Ancelotti, aparte de falto de fondo físico, es posible que se viera un tanto agarrotado a causa de la presión de fallar en casa. Es posible que al equipo le pase factura la presión de defraudar a su público, además de que los zarpazos de la Bestia Blanca son más letales cuando se siente acorralado. Tampoco olvidemos que, en caso de prórroga, el Bayern tendrá media hora más de juego para que un gol valga doble.

El otro semifinalista, la Roma, hace un fútbol muy parecido al Liverpool. Y ese es el elemento que le ha traído hasta aquí. Es un combinado sin nada que perder, puesto que los de Di Francesco ya han hecho historia para la entidad, pero tiene la mentalidad de un grande por su ambición y confianza en sí mismos. No obstante, la experiencia tanto a nivel de club como de plantilla e incluso cuerpo técnico, le hace ser el rival más ‘apetecible’. Pero que nadie se confíe… que ya hemos visto de lo que son capaces.