Eduardo Grenier.- Cuba. La pierda zurda de Fabián Ruiz encontró espacio entre un manglar malaguista, sacó un latigazo ondulado entre tanto defensor y batió a Roberto cuando la gente del Villamarín comenzaba a sudar. Bien cerca veía la gente el horizonte de Europa, pero cuando el cielo está cerca es aún más difícil tocarlo. La grada se volvió un manicomio. A decir verdad, quien no sueñe con ir un día al coloso de Heliópolis, poca pasión siente por el fútbol. Fabián metió al Betis en Europa, el mismo chaval cuya pierna fue esculpida con un cincel verdiblanco en la cantera del club. Fácil es, con esta postal, describir la magia que destila este EuroBetis.
Otro momento para recordar son las lágrimas de Setién. El técnico cántabro ha conseguido un hito irrepetible: los veriblancos marchan quintos en una liga repleta de grandes equipos, con un juego extremadamente vistoso y sólido. Pero el camino hacia la gloria estuvo lleno de espinas. Hubo una jornada, incluso, en la cabeza de Quique estuvo a punto de rodar. Así de cambiante es este deporte.
El Betis, eso sí, inspira demasiados sentimientos. Siempre ha sido un club sentimental, de gente apasionada. “Primero mi madre, y después el Betis”, he escuchado decir a muchos de sus fanáticos. A principio de temporada, era el mismo club nostálgico que suele ser. Hoy deja la nostalgia para los que vendrán después, que tendrán bien difícil lograr un idilio tan sólido con la gente como lo ha conseguido esta escuadra.
Toca sacar conclusiones. Sí, el año entrante vendrá todavía más fuerte. Poner en la balanza la máxima ilusión posible será una clave de triunfo, aunque también resulta indispensable una pizca de mesura y sacrificio para mejorar la plantilla con los mejores refuerzos posibles. La idea de Setién seguirá siendo infalible en tanto la dirección deportiva del Betis sepa escoger las piezas ideales para desarrollarla. Pero Serra Ferrer, de esto, sabe bastante, por lo que inspira tranquilidad.
Haciendo un balance de la campaña en curso, más allá de la cabeza visible de Setién, uno de los grandes artífices del éxito, muchos son los nombres que destacan, desde Joaquín, el emblemático Joaquín, arte y talento sobre la cancha. Y fuera de ella, porque si algo es el gaditano, es buen tipo. Ha sido un líder para el resto de los jugadores y su estado de forma hace recordar a aquel que descollaba en la selección española hace tres lustros.
Junto a él, premiando la osadía de Setién, una grey de canteranos ha honrado el escudo de las trece barras, como el propio Fabián Ruiz, Francis o Loren. Tres talentos que seguramente están ya en la mirilla de los grandes clubes, y que el Betis necesitará atar para mantener su proyecto. A ellos sumémosle los acertados fichajes, como Guardado, Barragán, Amat, Boudebouz y el Bartra, llegado en enero como panacea para los males defensivos evidenciados durante la primera vuelta.
La temporada en curso no ha culminado pero, pase lo que pase, debe ser calificada como excelsa por todo el beticismo. Sin embargo, la seguridad es total en que este grupo mantendrá el hambre de éxito, y encarará con todas sus fuerzas el derbi ante el Sevilla, el título particular que se disputan ambos elencos cada seis meses.
Hace unas pocas semanas un amigo llegado de Andalucía a La Habana tuvo la cortesía de regalarme una camiseta del Betis. El mejor de los obsequios. El último partido de la temporada me la podré, escribiré una crónica del partido y haré mi modestísimo homenaje a este EuroBetis, un grupo de apasionados del fútbol capaz de llenar de felicidad la vida de cientos de personas que piensan en clave verdiblanca.
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