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El Real Jaén de Crespo, la necesidad y el deseo

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El Real Jaén viene de una temporada extraña. Se hizo casi todo para que pasara lo que pasó. Habrá que achacarlo a la falta de experiencia. Lo cierto es que un equipo que se dijo, partía con muchas limitaciones económicas, acabó haciendo dos plantillas y contratando tres entrenadores. Fueron muchos errores como para no haberlos pagado. Imagino que fue sin querer. Pese a ello el equipo entró en la Liga de Ascenso. Tomó un sorbo y salió. Quizás con un criterio más equilibrado y menos errático se hubiera logrado el objetivo. Ya no es caso.

El cuadro blanco, con tiempo por delante, tiene expertos como para, con la experiencia vivida, planificar y dibujar un escenario muy diferente. Prácticamente el trabajo está hecho. Fichajes de talla en la categoría, retornos que ilusionan y alguna guinda que se le quiere poner todavía al pastel, junto a renovaciones ganadas a pulso por los jugadores. Lo que se ve hasta ahora, tiene buena pinta.

El entrenador ha tenido la última palabra pero, además, ha contado con un DT que conoce la materia, amén de otros asesores. Hay muchas voces y ojos de sobra para que las cosas se terminen cerrando como la afición desea, con garantías y con la vista puesta en el único objetivo: el ascenso.

Germán Crespo está construyendo un equipo a su imagen y semejanza o que se acerca mucho a eso. Crespo ha sido, desde hace tiempo, el objeto del deseo del Real Jaén. Sonó su hora y aquí está. Ya solo queda esperar a que la cohabitación con García Tébar sea fecunda para el club. Lo deportivo apunta bien.

La afición está deseosa, tras la decepción de Socuéllamos, de vivir una temporada en la que el Real Jaén comience a caminar como corresponde a su historia y a sus símbolos. Se espera que el proyecto deportivo empiece, desde el primer día, a dejar sensaciones que ayuden a olvidar el “sinvivir” de la pasada campaña. El primer puesto hay que disputarlo, porque nadie regala nada, pero estar en puestos de promoción sin sufrir, parece innegociable.

Hay una nueva dinámica y las cosas apuntan a que, si en lo institucional no hay sorpresas, lo deportivo no será un problema. La Tercera División no es fácil. Cada categoría tiene sus impuestos y el conjunto de Crespo lo volverá a notar. Sin embargo el entrenador y los jugadores que se han incorporado, saben que el club al que llegan es un objetivo a batir por todos. De su parte queda esgrimir los argumentos que hagan estéril el esfuerzo de los demás para impedir que el Real Jaén salga de esta categoría.  Germán Crespo y su equipo tendrán que establecer el equilibrio necesario entre el deseo de subir y la necesidad de hacerlo. De esa capacidad va a depender mucho el futuro de esta empresa deportiva. Dos temporadas seguidas deben haber servido para purgar los pecados y cumplir de sobra la penitencia. Espero que sí pero, en lo que tocante a esta materia, doctores tiene el club.