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Boca-River: No es fútbol

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Clarín
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El fútbol es un sujeto paciente. Un niño al que explotan de plaza en plaza o de plató en plató. Es una estructura de bases fuertes y profundos cimientos, pero tiene las paredes permeables. Una embajada permanente en la que no se piden ni papales ni razones. Todo el mundo puede llegar al fútbol sin peaje alguno. Unos llegan para disfrutarlo y compartir pasiones y emoción. Otros vienen al fútbol para, usando las modernas formas de mercado, envilecerlo y convertirlo en escenario de amaños, apuestas fraudulentas y violencia. Hay demasiadas cosas que pasan por el fútbol pero que nada tienen que ver con el fútbol.

Lo que ha pasado en Argentina tiene que ver con el fútbol pero hace muchos años que todos saben allí, que no es del fútbol. La desmesura, la mafia de las Barras Bravas, su dictadura sobre clubes y jugadores, nacen de otra raíz y utilizan la pasión de la gente, para que todo eso crezca en los estadios y que viva al amparo del amor que muchos sienten por un escudo o por unos colores. Los símbolos son más peligrosos que las armas. Es por lo simbólico por lo que las personas empuñan las armas y son capaces de matarse entre ellas. El fútbol es un escenario fecundo y bien abonado para quienes necesitan eco universal, resonancia planetaria y una masa para ser utilizada y dirigida contra quien corresponda. A un espíritu convenientemente inflamado, se le pueden vendar los ojos con una camiseta o con una bandera, para después lanzarlo contra el adversario deportivo, social o político que interese. Está pasando.

Ha sido muy duro ver como Argentina miraba con espanto, viendo como a la razón se le habían roto las costuras y como su contrario, la locura, era la imagen de todos los argentinos ante el mundo. El mundo les miraba atento para ver una fiesta y ha quedado sin palabras, al contemplar ese esperpento que eligió al fútbol para representar una tragedia, social y humana, de la que al final nadie responderá.

El fútbol nada tiene que ver con esto, por eso no he hablado de fútbol. He hablado de cosas y gentes que pasan por el fútbol pero que ni lo conocen ni lo aman ni lo representan pero que lo exprimen sin escrúpulos y, con su proceder, lo ofenden a diario. Pobre fútbol…