El Real Madrid sigue siendo un equipo caótico. Visto lo visto en Mallorca, el pasado sábado, ¿alguien pensaba que iba a dejar de serlo? En la antigua Constantinopla, el equipo blanco sacó tres puntos excepcionales para su clasificación para la segunda fase, y aunque pudo golear, lo cierto es que muestra sensaciones de inseguridad y desconcierto. El 0-1, pese a todo, sabe a gloria, pues acceden a la segunda plaza del grupo.
El partido se solucionó gracias a un tanto de Kroos en la primera mitad. Hazard, excesivamente generoso, pasó el balón a Benzemá con tan buena suerte que este no lo cazó. Pero sí Kroos, que venía desde atrás, para empujarla a gol con la ayuda del toque de un defensa. Pudo caer alguno más, pero no estuvo de Dios. La estrella belga, aún en fase de recuperar su juego, estrelló el balón en el larguero en la segunda mitad.
Aún así, el equipo de Zidane sigue a años luz de ser un equipo realmente competitivo para ganar títulos. La inseguridad se mostró patente en numerosos momentos. Solo la endeble entidad del rival, un Galatasaray venido a menos, hizo que el marcador no peligrase en ningún momento.
Mucho tendrá que mejorar si quiere competir, en un mes, contra el Paris Saint Germain cuando estos visiten Chamartin. Pese a todo, la primera plaza parece ya una quimera. O todo cambio, o se avecina una segunda temporada de estrépito y movida por la capital.
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