Javier Manuel Gallego.- El pasado 24 de junio, en el estadio Alfredo Di-Stefano, se jugó el Real Madrid-Mallorca perteneciente a la jornada 31 de la competición doméstica. Un partido que pasará a la historia como aquel en el que debutó el futbolista más joven de la historia en primera división. Un dato que puede resultar morboso y, quizá, preocupante.
Hablamos de Luka Romero que nació el 18 de noviembre del 2004 (15 años) en México. Un adolescente que, a pesar de no asistir al instituto como la mayoría de chicos de su edad, continua su educación en la actual residencia mallorquina. Una situación bastante natural en contextos similares, pero si estudiamos su caso tan peculiar, nos encontramos con dos aspectos que nos inquietan: el fisiológico y el perteneciente a la motivación. En cuanto al primero, Luka Romero es un niño que aún no está completamente formado – teniendo en cuenta que cada ser humano es único e individual-, puesto que debe adquirir unas habilidades motrices. Estas habilidades pueden no ser adquiridas por el hecho de que el deportista del Mallorca pasa de cadete a jugar a la categoría reina omitiendo las categorías inferiores, como son: categorías juveniles, senior y élite (los equipos que puedan).
En cuanto al segundo aspecto, podemos hablar del efecto boomerang, es decir, Luka Romero pueda desmotivarse y, quizá, a los 19 años no siga con la misma ilusión y ganas por continuar su carrera de futbolista. Si nos basamos en la experiencia, nuestros ojos han disfrutado y visto jugar desde la generación de Fernando Hierro hasta la de Leo Messi y ninguno de ellos ha debutado tan joven en la Liga, sin embargo, podemos afirmar que han conseguido ser unas leyendas. Xabi Alonso comentó que cuando tenía 18 años le ofrecieron ascender al primer equipo de la Real Sociedad pero que, a pesar de la oportunidad, el futbolista decidió jugar en el Éibar para así poder continuar con su aprendizaje técnico-táctico en 2º División.
La “mili deportiva”, basada en las categorías: cadete, juvenil, juvenil de honor y equipos B permite a los jugadores aumentar las aptitudes de los futbolistas cada año. Una dinámica exitosa que ha funcionado en los mejores jugadores de mundo. No estamos discutiendo la calidad del jugador Luka Romero, pero sí cuestionamos que, probablemente, el chico no pueda tener unos niveles de exigencia en los entrenamientos, ni la carga física que pueda tener un hombre de unos 28 años. Así, solo esperamos no ver cada semana una lucha interminable por tener al más joven debutante y que esto no se convierta en una tónica en los equipos.
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