Inicio Opinión Antonio Oliver Alfonso Siles: Pasión y amor sin límites por Linares y el Linares

Alfonso Siles: Pasión y amor sin límites por Linares y el Linares

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Santi García Torres "Torres II", Alfonso Siles Velasco y Manolo Díaz (Foto Espejo)

La vida va más rápido que nosotros. Hace unas semanas hablé con Alfonso Siles Velasco y nos emplazamos para una charla larga y, seguro, que rica en recuerdos, sucedidos y «picardías de fútbol». Cuando empecé mi carrera, veinte años y unos meses, Siles era presidente del un Linares brutal. Equipo histórico por el fútbol y por la jerarquía de su presidente. Ascendió al equipo a Segunda A (79/80) cuando aquella categoría tenía un potencial fuera de rango, impresionante.

Hombre de fútbol, capaz de todo hasta límites insospechados y absolutamente vehemente cuando de su equipo y de su ciudad se trataba. Duro en las negociaciones, inteligente en los bretes más serios y valiente siempre, tenía un corazón enorme.

Yo era periodista y nuestra relación fue dura, sobre todo al principio. Tuvimos muchos roces, muchas broncas pero siempre fuimos leales el uno con el otro. Esa fue la razón por la que de aquellas diferencias nació la amistad, el respeto y el cariño que se ha prolongado en el tiempo. Podría contar historias de todos los cortes y para todos los gustos. Ahora solo puedo decir que siento profundamente la pérdida y que me duele no haber acelerado nuestro encuentro. Ya no hay remedio y me llena de tristeza.

La foto que ilustra este articulo llegó a mis manos de forma casual. Creo que es de Espejo, entrañable compañero gráfico con el que compartí mucho tiempo en Linarejos. Al verla no sabía qué le podía estar pasando al Presidente. Por la situación deduje que debía ser algún descenso o una derrota especialmente dolorosa. Llamé a Siles para que me contara la historia de esa fotografía y me la contó: «No, ese partido lo ganamos por 1-0 en el último minuto y tuve un amago de infarto o un infarto. Lo pasé fatal, me dolía el pecho y no podía respirar. En esa imagen ya estaba un poco mejor pero sudando muchísimo. No sé como no me he muerto en una de esas». A la derecha en la foto Manolo Díaz y a la izquierda Santi García Torres, Torres II, hermano de Enrique Torres.

Podría haber usado otra foto para abrir este pequeño homenaje personal a Siles Velasco pero creo que es muy reveladora e ilustra bien cómo vivía el fútbol y cómo sufría las cosas del Linares. La pasión era su norma y esa pasión la trasladó a los vestuarios y a la grada. Era un líder natural y sus arengas desde los micrófonos de Radio Linares (SER) con Félix Martínez espoleándolo y con Emilio Gijón tratando de poner mesura, eran dignas de ser escuchadas y calaban en la afición para convertirse en un incendio que luego sonaba en Linarejos el domingo por la tarde. Una caldera cada partido.

Alfonso Siles Velasco (Foto Espejo)

Viví aquello en primera persona. Las conexiones en Carrusel Deportivo cada domingo eran una gozada y un lujo profesional para mí, del que disfruté mucho. Las intervenciones en el programa nocturno de José María García, Hora 25,  eran muy habituales porque Siles Velasco siempre era noticia y si no era él era Naya y si no era el entrenador era Ortiz de Mendívil, al que Siles Velasco se trajo a Linares  como delegado cuando dejó el arbitraje.

Ese tiempo fue una locura maravillosa. Todo aquello tenía unas dimensiones extraordinarias y nos sirvió a todos para vivir un tiempo histórico e inolvidable. Hoy, al recibir esta noticia, se me han venido a la mente imágenes, nombres…y he sentido una pena profunda. Nando Yosu, Lalo, Nizetic, Milo, Preciado, Adriano, Ocaña, Roberto Romero, Melchor, Bautista, De la Hoz, Óscar, Torres, Pedraza, Pulido y tantos.

Después nos separamos, todos detrás de la pelota, y la vida nos llevó por diferentes caminos pero reconozco que, al ser casi un crío, una parte de mi corazón se quedó en aquel viejo vestuario donde entrevistaba a futbolistas que me contaban el partido agotados por el esfuerzo, todavía llenos de barro o saliendo de la ducha. Aquel vestuario donde nos recibían a los periodistas en su pequeño habitáculo, uno por uno, los entrenadores. Era otro fútbol y con Siles Velasco se va una parte importante de aquel relato hecho de corazón, de esfuerzos sin límite, de alegrías y también de muchas lágrimas.  

Amigo Alfonso, donde quiera que estés, te agradezco la sinceridad, la nobleza y la lealtad. Fue un lujo coincidir contigo. De acuerdo o discrepando, jamás temí una traición y eso en el fútbol y en la vida, no tiene precio. Lo dicho Presidente, un lujo.