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En septiembre vuelve la Academia de Tecnificación Mauricio & Brandi

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Las ciudades tienen muchos valores que le vienen dados por una historia brillante, por razones geográficas o por características sociales. Hay otro tipo de valores y de excelencias que  llegan a las ciudades por la acción directa de personas o de sociedades que promueven iniciativas de éxito.

Jaén, anhelando que el fútbol la vuelva a poner  en el mapa, se ha encontrado con que el Fútbol Sala es el motor de imagen que se buscaba para la capital y la provincia. Estar en la élite de este deporte supone que se puedan ver jugadores de primerísimo nivel. Las estrellas de la gran liga de FS pasan por Jaén o viven en Jaén y eso provoca una de riqueza que debe ser aprovechada.

Alan Brandi y Mauricio Guterres son dos deportistas que juegan  y tienen su vida en Jaén. Forman parte, desde hace muchas temporadas, de la plantilla de “Jaén Paraíso Interior” que dirige Dani Rodríguez. Dos estrellas del FS mundial. Brandi, Campeón del Mundo con Argentina y Mauricio internacional con Brasil. Ambos coleccionan grandes títulos. La calidad de estos dos jugadores es uno de los factores que ayudan a mantener a su equipo entre los mejores de la liga. Son un valor para la sociedad deportiva de Jaén y desde hace tres años desarrollan un proyecto que pone al servicio de niños, de entre 5 y 15 años, los conocimientos técnicos y las experiencias humanas de ambos.

La Academia de Tecnificación que dirigen Alan y Mauricio, inicia su temporada en el mes de septiembre. Se trata de una oportunidad única para que niños que sienten inquietud por conocer este deporte, lo hagan dirigidos por los mejores. No todos los deportes puede decir que hay escuelas en las que impartan clases dos deportistas de este nivel. Un lujo. Hemos hablado con Alan Brandi para que nos cuente detalles de este proyecto que está ya en pleno desarrollo.

¿Cómo nació el proyecto?

Nació porque hacía tiempo que Mauricio y o teníamos la idea y ganas de ponerla en práctica. Nos gusta el fútbol sala, los dos somos padres y nos apetecía enseñar. La forma de hacerlo era tener una escuela pero queríamos hacer algo diferente. Ya hay muchos clubes que compiten por lo que nosotros nos orientamos a la tecnificación. Lo que pretendemos es mejorar las condiciones técnicas de los niños al mismo tiempo creamos un clima de diversión en el que el niño se sienta cómodo y motivado. En las edades en las que trabajamos es fundamental que el niño se divierta.

¿Cómo trabajáis?

Partiendo de la base de que el aspecto lúdico es muy importante, los entrenamientos tienen tres fases. La de técnica individual que se acomoda a la edad de los niños. Dependiendo de esa edad, que va de los 5 a los 15 años, se acomodan los contenidos y se establece una mayor o menor dificultad. La segunda parte del entrenamiento es la técnica colectiva y la tercera en la aplicación práctica de los conceptos aprendidos mediante un partidillo. Todo esto va siempre vinculado a ese componente de diversión que para nosotros es fundamental. Las sesiones acaban con una tanda de penaltis en la que los niños disfrutan especialmente. Hay que ser conscientes de que a determinadas edades no hay que forzar las cosas y mucho menos pensar ya en que lleguen a ser profesionales. El objetivo es que aprendan y que evolucionen con de acuerdo con su edad.

¿Se notan las prisas para que los niños lleguen a profesionales?

A esas edades quizás haya algún niño que tenga claro que quiere ser profesional pero no es lo normal. En esas edades el niño debe dedicarse a aprender sin presiones añadidas y lo mejor para ello es crear un ambiente de entrenamiento y de diversión. Los niños aprenden mejor si se divierten aprendiendo. Más delante llegará el momento de ver y de decidir si quieren elegir las alegrías y el sufrimiento que significa ser profesional de cualquier deporte.

En ese concepto del aprendizaje y la evolución los padres tienen mucha importancia para bien o para mal

Hay determinada clase de padres que por la ilusión de que su hijo llegue a ser profesional le influyen negativamente. Es lo que he visto en algunos partidos de niños y eso es un error. Imagino que los padres lo hacen con la voluntad de ayudarles y porque quieren lo mejor para sus hijos pero ese no es el camino. Nuestra ventaja es que, al ser una Escuela de Tecnificación, no vamos a la competición y ello hace que el clima sea más relajado porque no existe la competencia que al final genera la necesidad de ganar un puesto para el partido. Eso nos permite estar alejados de ese conflicto que puede provocar la influencia de esos padres que quieren que sus hijos jueguen siempre. Nuestros objetivos es que todo sea más relajado porque esa competencia es más propia de otras edades. El niño no se puede ir nunca triste a casa y eso, en los equipos que compiten, se puede dar. En nuestro caso se trata de aprender y disfrutar.

Alan Brandi y Mauricio ponen toda su experiencia al servicio de niños que quieren estar cerca de sus ídolos e iniciarse en el FS. Es una suerte tener a los mejores para poner los primeros ladrillos en la construcción de un deportista. Eso sirve para el deporte y para la vida. A partir de septiembre, de lunes a jueves y de cuatro a cinco de la tarde, estos dos maestros impartirán clases de fútbol sala y de alegría. No se puede pedir más.