Inicio Fútbol Provincial Carla Antúnez, árbitra por vocación y futbolista por hobby

Carla Antúnez, árbitra por vocación y futbolista por hobby

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A sus 24 años, compagina su pasión por el arbitraje con su faceta de jugadora del Linares Deportivo de fútbol 11 y fútbol sala

Organizar un fin de semana en la vida de Carla Antúnez no debe ser fácil. Tiene que compaginar su trabajo fuera del deporte con una doble faceta muy peculiar: su desempeño como árbitra y su condición de jugadora de la plantilla del Linares Deportivo de fútbol 11 y de fútbol sala. «Me organizo a través de la planificación y comunicación con mi delegado y mi entrenador. Los árbitros podemos pedir disponibilidad los fines de semana y dependiendo de los partidos que tenga elijo una cosa y otra».

Sin embargo, Carla Antúnez reconoce que «este año está dando más importancia al arbitraje porque es lo que me ha llenado de primeras. Jugar es un hobby pero a nivel arbitral me gustaría ascender. Creo que puedo llegar a mucho más arriba».

De hecho, su llegada al fútbol se produjo por la vía del silbato hace varias temporadas. «Todo empezó en Huelva porque allí estaba estudiando una carrera. Mi pareja en ese momento era árbitro y me animó. Me encantó y gracias a eso he continuado». Ese afán por el fútbol pudo haber llegado mucho antes. Mi padre, Luis Antúnez, fue futbolista profesional y yo de pequeña quería jugar a fútbol. Sin embargo, hace 15 o 20 años no había equipo femenino de fútbol en Linares. Así que probé el baloncesto y estuve compitiendo durante 17 años».

Por el fútbol le había quedado esa espinita, que se pudo quitar con la creación de la sección femenina del Linares Deportivo hace tres campañas. «Me llamaron cuando se formó el equipo femenino. No había tocado un balón pero no lo dudé. Pregunté en la Federación si era posible porque no quería dejar el arbitraje y a día de hoy sigo compaginando». 

De sus comienzos como árbitra, Carla Antúnez tiene un momento grabado: su primer partido en categoría provincial sénior. «Fue el peor partido de mi vida. Era mi primer año tras ascender. Se enfrentaban el CD Beas y la UD Guarromán. En el minuto 95, con 1-1, hubo una falta. Había mucho viento, el balón tras un despeje fue dirección portería. El guardameta del Beas se enganchó del larguero y cayó con el balón ya rebasando la línea. Di gol y se me echaron los jugadores locales encima, recibí empujones… Lo pasé mal a nivel anímico pero de todo se aprende».

Desde aquel día ha evolucionado como colegiada. Ha ganado en experiencia, en saber interpretar el juego y en el trato con los jugadores. «Soy muy dialogante. Antes de sacar una tarjeta, advierto al jugador, hablo con él individualmente. Me gusta mucho la comunicación en el campo».

De su faceta como jugadora, Carla Antúnez ha aprendido que «el arbitro no lo puede ver todo. En muchos partidos he recibido faltas y me he dado cuenta de que es imposible ver todo». Su aprendizaje como árbitra también lo aprovecha cuando juega con el Linares Deportivo. «Tengo un poquito más de picardía», confiesa. Aún así lo tiene claro: «Soy la que apacigua a mi equipo. No dejo ni que protesten. Si me tengo que cabrear con mis compañeras, me cabreo. Estoy entre dos mundos muy distintos así que intento ayudar, siempre sin perder los papeles y con deportividad».

Como jugadora esta temporada alterna la División de Honor andaluza de fútbol sala y la Segunda Andaluza provincial. En la pista, al Linares Deportivo le está costando adaptarse a la nueva categoría. De momento, seis derrotas en las seis jornadas disputadas, tras caer ayer en Rota (3-2). Carla Antúnez nos explica por qué, pese a esos números, es optimista. «La Federación nos avisó a mitad de verano del ascenso y no teníamos grupo específico de fútbol sala, como nuestras rivales. No teníamos suficientes jugadoras. Ahora estamos reforzando al equipo y tenemos gente impresionante en el equipo con la que poder mantenernos», señala.

En la Segunda Andaluza provincial de fútbol 11, el Linares Deportivo es uno de los tres únicos equipos en liza, junto al Real Jaén CF y el CD Úbeda Viva. Una liga escasa después de la polémica surgida hace unas semanas ante la imposibilidad de organizar una liga biprovincial con Granada como se había hecho en la temporada 2021-22. Una situación controvertida ante la que el cuadro lagarto y el ubetense han protestado de manera pública, mientras que la entidad azulilla no se ha manifestado abiertamente.

Carla Antúnez tiene su opinión al respecto y la aporta a Palabra de Fútbol. «Nosotras lo que pensamos es que si la Federación decide eso, por mucho que protestemos no lo van a cambiar porque el inicio de la competición ya se había producido. Nos molesta como a todos, pero no vamos a protestar ante una decisión que ya está tomada». En ese sentido, nos insiste en su argumento ante los reproches recibidos dentro del mundillo del fútbol femenino de la provincia. «Al no protestar parece que estamos de acuerdo. Nos han criticado por todos lados. Se ha dicho que no nos quejábamos por tener un División de Honor de fútbol sala. Y no es así. Mis compañeras que anoche jugaron en Cádiz, se van a pegar una paliza de kilómetros para jugar hoy ante el Real Jaén a las 18:00 horas».

Ella no pudo estar en Rota porque tenía un partido importante que arbitrar: CD Pozoalbense ante el CF Unión Vera, del grupo 2 de la Segunda Federación, la tercera categoría de fútbol femenino en España. «A este nivel tienes que estar muy concentrada porque hay mucha gente pendiente. Es diferente al fútbol provincial en cuanto a la intensidad y los choques, pero hay más profesionalidad. Yo intento tener la misma personalidad pero con una visión de campo diferente», expresa la barcelonesa afincada en Linares.

En ese sentido, se fija mucho en varios de sus referentes. «En Linares, el arbitraje tiene un potencial impresionante con mis compañeros, Enrique Pareja y José Miguel Aranda o mis compañeras, Marta que es asistente, y Lorena, que es un portento físico». A nivel provincial, le da pena el adiós de Juan Almagro como delegado arbitral de la FJF. «Con él estábamos las chicas estábamos muy protegidas». Aunque también valora la llegada de «Le tengo mucho cariño. Le dije que este era mi año y que cuando ascendiese él vería mi debut».

En general, ensalza el mundillo que rodea el arbitraje. «La gente que conoces en este entorno es otro rollo. Tiene tus mismos objetivos, pero te ayuda y eso es algo que no se ve en el fútbol». Sobre la comparación entre ambos mundos duda, porque cuando juega tiene menos presión mental pero se sincera diciendo que » la satisfacción que tienes después de un partido bien arbitrado, con jugadores de ambos equipos dándote la enhorabuena, no la sientes como futbolista«.

Para sentir esa satisfacción al final de cada partido trabaja cada día. Con sus clases prácticas y teóricas de arbitraje, que incluye hasta inglés deportivo. En el horizonte, intentar ascender a División de Honor masculino, ser asistente de Tercera Federación masculina y subir escalón en el arbitraje de fútbol femenino. Las pruebas para ello son en marzo. «Cada persona se pone sus límites, pero con trabajo se llega hasta dónde se quiera», reflexiona.

Con esa mentalidad, Carla Antúnez seguirá desarrollando su vocación como árbitra…mientras de vez en cuando colgará el silbato para seguir disfrutando de su hobby con la zamarra azulilla.