Diego López llegó a Madrid y todavía no ha dejado de vivir instalado en la sorpresa. Primero su salida del SevillaFC, después que lo reclame el que ha sido su club de toda la vida, a continuación debut ante el FC Barcelona y, por último, Cristiano Ronaldo hace su primer gol en propia puerta y se lo mete a él. No es poco para unos cuantos días. Sin embargo, escapando de anécdotas, se demuestra que el fútbol es caprichoso y que, en el fútbol, nada es para siempre.
Hace unas semanas Diego López vivía la zozobra de pensar si había acertado recalando en Sevilla y si los años que tenía de contrato se podían convertir en un suplicio. Michel lo fichó para jugar como titular, sin embargo, tras una expulsión en Granada, mantiene a Palop en lugar de devolver la portería a Diego. Ahí comienzan las dudas de todo el mundo y el principio de una situación que a la larga se iba a pudrir. Sale Michel y Unai Emery se encuentra -Michel lo había restituido- a Diego en la portería, pero apuesta por el valenciano. Con eso el nuevo técnico se ganó, además de la simpatía de Palop, el aplauso de la grada que ve en él un reflejo de lo que fue el Sevilla de los títulos, pero ese tema es más complejo y merece tratamiento singular.
Entonces aparecen las cosas raras del fútbol y el Real Madrid, tras la lesión de Casillas, apuesta por un portero del que Michel dudaba y al que Emery relega en su llegada. Diego López se frotó los ojos y cuando los tuvo bien abiertos se descubrió en el Bernabéu, con la camiseta del Madrid y jugando una semifinal de Copa contra el FC Barcelona. Los sueños se cumplen. Parecía que el fútbol, llevándolo a Sevilla, había hecho una faena a Diego López, pero nadie pensó que se trataba de una parada transitoria para devolverlo a la portería que más le gusta. Diego López es un portero que tuvo la mala fortuna de coincidir con Casillas. Era demasiado portero para vivir a la sombra de Iker y en Villareal se reivindicó como lo que es. Logró la titularidad, jugó Champions, fue internacional, es decir, lo que se esperaba. Ahora, en plenitud, vuelve al Real Madrid en unas circunstancias muy diferentes. Tengo la sensación de que todo está muy abierto y que a Diego López se le abre también un campo en el que, seguramente, él ya no pensaba. Calidad contrastada, crédito ganado y oportunidad ideal por muchas circunstancias que, lamentablemente, quizás no sean del fútbol. Sea como fuere intuyo que la portería del Real Madrid ha dejado de ser un problema de seguridad y se ha convertido en una duda razonable por la calidad. Que ruede el balón y veamos.
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