Inicio Opinión Antonio Oliver Mariano Pulido, el líder tranquilo.

Mariano Pulido, el líder tranquilo.

Compartir

Mariano era de los que no pierden por el camino ni una sola enseñanza. Celoso de las lecciones aprendidas, llevó siempre en su equipaje el sello de privilegio que confiere a un jugador haber tocado el cielo con solo diecisiete años. Debut en Primera División siendo casi un niño, con el equipo que lo echó al mundo de la pelota, y años de aprender y compartir con jugadores que pertenecen a la historia de este deporte.

Rodando, aprendiendo y viviendo intensamente aterrizó en el viejo Linarejos. Experta camada de futbolistas la que tuvo Nando Yosu a sus órdenes: Pulido, Preciado, Nizetic, Milo, Yiyi, Codesal, Torres, Diosdado, Geñupi o Hugo Cabezas. Muchas historias para ser contadas con detalle. La contundencia, la efectividad y el orden táctico concedieron a Mariano Pulido una jerarquía natural sobre el terreno de juego. El respeto no se impone, se gana. Mariano era un líder calmado y razonable que siempre supo llevar a los suyos sin otra herramienta que el ejemplo.

Esa virtud la aplicó, no tenía otros argumentos, en la formación de futbolistas. Jóvenes jugadores que se han visto sorprendidos por la baja irreversible de su referente. Mariano ya no es consciente, pero el reguero de desolación joven que ha producido su desaparición significa que el trabajo agarró en tierra buena y que, sin estar ya, jamás se irá. La labor ha dado sus frutos. Los campos de la Ciudad Deportiva sevillista están impregnados de su filosofía, de su forma de contar el fútbol, del profundo cariño que sintió por el balón. Ese cariño le llevó a dar siempre libertad a los buenos futbolistas. Cada uno de sus jugadores será una réplica fiel de un hombre que respetó siempre a las personas y amó el fútbol sobre todas las cosas. Se queda en la memoria, que es lo mismo que no morir nunca. Consuelo, menor, ante algo impensable.