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Ganó el Jaén, ganó el buen fútbol

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jaen diario jaenEl Real Jaén consiguió superar al Lleida Esportiu y clasificarse para la ronda final del play off de ascenso a la Liga Adelante. Pero su victoria tuvo un atenuante más: fue el triunfo de una apuesta complicada en la categoría de bronce del fútbol español. La apuesta por el juego de toque, elaborado y trenzado, en definitiva por el buen fútbol.

El único equipo que quiso jugar en el Estadio de la Victoria fue el Real Jaén. Desde el primer minuto, el mediocampo jienense, liderado por un incombustible Óscar Quesada y por la clase de Juanma Espinosa, buscó penetrar en la maraña ilerdense con el toque. De esta forma, llegaron múltiples ocasiones, que sólo el desacierto de la delantera impidió premiar con un tanto tranquilizador. El Lleida, en cambio, llegó hasta la capital jienense a verlas venir. Replegado, esperando un contragolpe letal, que nunca llegó. El Real Jaén no estuvo atinado, pero en un rechace se encontró con la recompensa a su buen juego. El Lleida, pese a verse contra las cuerdas, no cambió el guión. Y casi sin quererlo, se vio con el empate. Camino de la prórroga, el equipo de Manolo Herrero siguió su receta. Nando y Gaitán subían, los medios triangulaban cerca de las inmediaciones del área catalana, pero se echaba de menos algún disparo. Pese a ello, fruto del buen juego, las oportunidades fueron blancas. De hecho, gracias a esa paciencia con el balón llegaron el gol anulado y el más que posible penalti a Fran Machado.

El fútbol quiso añadirle heroicidad a la historia. En los treinta minutos extra, de nuevo el Real Jaén fue superior y mereció marcar. El Lleida, que con el empate perdió todo el tiempo posible, se dejó ir esperando a que las penas máximas decidieran. Desde los once metros, esta vez sí, el Real Jaén estuvo más acertado. Como dijo en rueda de prensa el técnico rival, Antonio Seligrat, “no es lo mismo que te noquee un equipo bueno que uno extraordinario. Hemos sido eliminados por uno extraordinario”. Por fin, la afición lagarta pudo respirar tranquila. Pero no sólo ella, los amantes del buen fútbol también suspiraron de alivio.