El pasado 24 de julio de 2013, se daba a conocer el bochornoso incidente que se llevaron los jugadores del Sevilla F.C. tras el partido que se disputó en Medellín con el Atlético Nacional: “A algunos jugadores y a miembros de la expedición le han sustraído pertenencias de un importante valor. Los ladrones, que se han llegado a llevar bolsos enteros con lo que había dentro, se habían parado incluso a sacar de los mismos la documentación y las llaves de coches y casas para dejarlos en las habitaciones”manifestó el departamento de prensa del equipo.
El hurto, que causó conmoción y gran vergüenza pública para el pueblo Antioqueño, no podía quedar en el olvido; máxime, cuando quedaba un agrio recuerdo para los jugadores españoles. Más allá de la noticia, se había comprometido la imagen de todo un pueblo que lucha por reivindicar su historia. Hoy, uno de los diarios más extendidos de la región paisa asegura que fue capturado el autor del hecho delictivo: “Videos de seguridad del hotel San Fernando Plaza donde se hospedó el equipo Sevilla FC en Medellín y testimonios sirvieron para que un ciudadano ecuatoriano acusado del robo de objetos de valor a los jugadores aceptara cargos en su contra por hurto calificado y agravado”.“El implicado, Jorge Luis Rivas Troncoso, de 28 años, permanece recluido en la cárcel Bellavista, luego de aceptar ante el juez cuarto de control de garantías, su responsabilidad en el robo de equipos de cómputo, relojes de alta gama y dinero de los futbolistas, por valor cercano a los 300 millones de pesos” señala “El Colombiano”, periódico de Medellín.
Las autoridades locales dieron con el autor de los hechos. Y, más que ello, resaltaron el compromiso pormantener relaciones (no sólo deportivas) entre los equipos españoles y colombianos –y,en general, latinoamericanos-. Las incidencias ajenas al terreno de juego cobran factura más temprano que tarde. Por eso, al valorar todo lo ocurrido en este desagradable incidente, el débito que se tenía conlos jugadores sevillanos queda, en principio, remediado. Organizadores, representantes, autoridades y ciudadanos hicieron lo necesario para remediar éstas dificultades. Resta esperar a que a los jugadores se les devuelvan sus pertenencias.
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