Inicio 1ª División Empate a intensidad en el Madrigal

Empate a intensidad en el Madrigal

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Villarreal AtléticoVillarreal y Atlético de Madrid se reparten los puntos tras un choque cargado de faltas e intensidad que estuvo marcado desde el inicio, ya que Mario, cuando tan solo se llevaban transcurridos dos minutos de partido, anotaba en propia puerta el cero a uno. Los colchoneros se encerraron esperando una contra sentenciadora que no llegó y los de Castellón se chocaban una y otra vez contra el muro rojiblanco. En la más clara del partido para el Villarreal, Perbet ponía un balón en el corazón del área que Juanfran empujaba a su propio arco, sellando las tablas en el electrónico.

Villarreal y Atlético de Madrid se reparten los puntos tras un choque cargado de faltas e intensidad que estuvo marcado desde el inicio, ya que Mario, cuando tan solo se llevaban transcurridos dos minutos de partido, anotaba en propia puerta el cero a uno. Los colchoneros se encerraron esperando una contra sentenciadora que no llegó y los de Castellón se chocaban una y otra vez contra el muro rojiblanco. En la más clara del partido para el Villarreal, Perbet ponía un balón en el corazón del área que Juanfran empujaba a su propio arco, sellando las tablas en el electrónico.

A la suma de casta, coraje, bravura, agresividad y arrojo, en fútbol, los finos la denominan arrojo y la mayoría escroto. Llámenlo como quieran pero eso es lo que esta tarde han derrochado Villarreal y Atlético de Madrid sobre el césped del Madrigal. Las cosas se ponían muy feas para los locales que veían como, en el minuto dos, Juanfran ponía un centro para Koke al corazón del área y Mario, al anticiparse al rojiblanco en el remate, introducía el balón en su propia portería. Pero no se daban los amarillos ni un segundo para lamentarse. La reacción era instantánea y solo el poco acierto de Cani pudo evitar que el partido volviese a estar en tablas apenas un minuto después.

Se agazapaba el Atlético a la espera de contragolpear. La buena basculación y el esfuerzo en las ayudas hacían que por muy bien que movieran el balón los de García Toral, y les aseguro que lo hacían realmente bien, no encontraran huecos en la línea defensiva. Se atascaba el partido en faltas, codazos y, también hay que decirlo, piscinazos. La impotencia de unos y otros se tradujo en un mayor grado de intensidad y ninguno conseguía imponerse al otro. El Villarreal gozaba de la posesión pero no encontraba profundidad para convertirla en peligro. Los colchoneros se desesperaban en la búsqueda de una pérdida amarilla del esférico que no parecía llegar nunca.

Ya en el segundo acto, los de Castellón apretaban aún más y llegaban los peores minutos para el Atlético. Courtois solventó mil y una acciones por alto y solo la seriedad y el desgaste de la zaga colchonera evitaron la igualada. Ante tal acoso los madrileños recurrieron a los balones en largo que bajaban  Costa o Villa y que en seguida recibían falta. Era en estas acciones a balón parado donde podía llegar el segundo tanto para los del Cholo, pero ocurrió todo lo contrario.

Perbet se colaba entre Alderweireld y Thiago, especialmente permisivos debido a que estaban amonestados por Pérez Montero (quien se vio superado en todo momento) llegando a línea de fondo. Desde allí ponía un centro raso justo delante del arco de Courtois y Juanfran, que se lanzaba al suelo para despejar,  remataba a las mallas. Los últimos minutos transcurrirían en el área de Asenjo, a la que los colchoneros colgaban balones continuamente, sin éxito alguno.

Al final reparto de puntos que sabe a poco en ambas bocas.