Inicio Atlético de Madrid La intensidad no pudo con las individualidades

La intensidad no pudo con las individualidades

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Bale BenzemaEn el último momento se le escapó la victoria al Atlético de Madrid. Empate a dos en un derbi madrileño que fue todo un homenaje al fútbol. El Real Madrid conseguía adelantarse prácticamente en la primera jugada del partido con un gol de Benzema. Antes del descanso los colchoneros conseguían darle la vuelta la situación con los tantos de Koke y Gabi. Al final, tras unos muy buenos minutos rojiblancos, Cristiano Ronaldo aprovechaba el garrafal fallo de Mario Suárez para poner las definitivas tablas en el electrónico.

Peor no podía empezar el partido para los del Cholo. Jugada de estrategia que, a los dos minutos del partido, ponía al Madrid por delante gracias al remate de Benzema. Parecía que el Atlético de Madrid estaba sufriendo una de sus esporádicas carajas pero, con el paso de los minutos, se iba liberando de la presión madridista y comenzaba a apoderarse del esférico. La profundidad apareció gracias a Arda y Koke que parecía omnipresentes y el peligro empezaba a merodear alrededor de la portería de Diego López. Tanto fue así que los colchoneros podrían haber empatado si Delgado Ferreiro no hubiese sido la única persona en España que no vio cómo Ramos derribaba a Costa cuando este último se marchaba solo dentro del área.

No se lamentaba el Atlético y seguía percutiendo el área merengue. El grado extra que pusieron los rojiblancos en cuanto a intensidad hacía que el dominio fuese cada vez más evidente. Arda hacía diabluras por doquier y, en una de estas jugadas, servía un balón, justo cuando iba a perderlo, para Koke. El canterano la reventaba por bajo al segundo palo. Imposible para Diego López.

El gol alentaba todavía más a los del Manzanares que subieron su intensidad al igual que su afición hizo con los decibelios. Ya expiraba el primer tiempo entre las intentonas de los rojiblancos cuando Gabi decidió mandar un verdadero obús, en el rechace de un córner, a la malla madridista. Diego López pudo hacer más ante un zapatazo que si bien iba cargado de fuerza no lo iba en igual medida de colocación.

La gran incógnita es si el ritmo del partido seguiría siendo el mismo tras el paso por vestuarios y, con la reanudación, pudo verse que era idéntico. Costa encontraba espacios y aguantaba los balones. Cada batalla en el centro del campo la ganaban los del Cholo y el peligro parecía constante en las inmediaciones del área merengue. Perdonaba y perdonaba el Atlético pero poco a poco se le iban agotando las pilas y la presión que ejercía en el centro del campo se iba relajando.

Pese a que el miedo ya no recorría la espalda de Diego López, los colchoneros parecían tener el partido controlado. Esto acabó cuando Mario Suárez decidió incomprensiblemente jugarse en la defensa un balón que tenía perfectamente controlado. Carvajal lo recogía y lo ponía al corazón del área donde Cristiano lo reventaba poniendo las tablas en el marcador. Vagos fueron los intentos por parte de ambos equipos para llevarse finalmente el partido. Al final quedó en tierra de nadie.