Un solitario gol de Boakye a 20 segundos del final ha hecho que el Elche se lleve los tres puntos del partido ante el Getafe. Este tanto hacía justicia, ya que en la primera mitad hubo un penalti no pitado a favor de los ilicitanos. Esta victoria coloca al Elche en el décimo cuarto puesto de la clasificación mientras que el Getafe se mete en serios problemas, ya que una victoria del Valladolid lo metería en puestos del descenso.
Comenzaba el encuentro con ritmo trepidante. Todos sabían de la importancia de los puntos en juego y nadie cedía un solo centímetro del campo. La responsabilidad que pesó demasiado sobre las piernas de los futbolistas y empezaron a aparecer los errores que dieron lugar al peligro. Primero fue Cristian quien la tuvo para el Elche. Ganó la espalda a Lisandro y apuró a línea de fondo para disparar desde allí con Codina ya tendido en el suelo. Incomprensiblemente el balón se paseó por delante de la meta azulona y el marcador siguió en tablas.
Turno para los contrarios. Hasta de dos ocasiones dispuso el Getafe en la misma jugada. Fue Lafita quien la reventó desde su lejos. El balón escupido por el palo cayó a los pies de Juan Rodríguez, quien lo tenía todo a favor para marcar, pero su chut se encontró con una soberbia mano de Manu Herrera.
La grada respiró aliviada y el partido entró en una fase de tranquilidad hasta que el trencilla del partido, Ignacio Iglesias Villanueva, la hacía saltar por los aires. Disparaba Damián desde dentro del área y Borja paraba el balón con la mano cuando este se dirigía a puerta. El árbitro fue la única persona en el Martínez Valero que no vio acción y entonó el “jueguen, jueguen”. Entre el cabreo de la afición local y el buen hacer de los muchachos de Escribá el campo pareció volcarse hacia la portería getafense. A punto estuvieron los ilicitanos de anotar en esta espiral de entusiasmo. Rodrigues la reventó de lejos y el balón, tras tocar en un defensor, se marchó rozando el poste.
El partido llegó a la visita a vestuarios y en ellos pareció quedarse el fútbol. Nada es lo que se vieron durante los siguientes cuarenta y cinco minutos del encuentro. Los bostezos de la afición ilicitana fueron testigos de las imprecisiones de ambos equipos que, conjuntadas con unos nefastos disparos lejanos, desesperaban a Contra. El técnico rumano tuvo que ver el partido desde una cabina de prensa por culpa de una sanción. Las cámaras de televisión viendo que no podían ofrecer a su público espectáculo alguno conectaban de vez en cuando para ver los gestos de preparador azulón.
Menos mal que el fútbol siempre tiene un as en la manga; esta vez por medio de Boakye. Buena jugada del Elche que terminó con un centre al corazón del área donde el delantero ghanés de los ilicitanos dejaba la guerra que tenía montada con su marcador para poner con un testarazo el uno a cero final y el delirio en las gradas.
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