Opinión | Pedro Expósito.- Si algo ofrece el fútbol son oportunidades. La llegada de la Copa es una más para Guillermo Ochoa, la primera en partido oficial con el Málaga. La vida de un portero es complicada cuando se encaja desde un banquillo cosas muy distintas a los goles. La sensación de frustración es más elevada, el vacío puede ser tremendo. Ochoa llegó a Málaga con la vitola de estrella mundial, la ilusión fue tónica en los seguidores malaguistas al frotarse los ojos y comprobar que su club había fichado, y gratis, a uno de los mejores porteros del momento.
Lo cierto es que Guillermo Ochoa llegó tarde en una pretemporada con un nuevo técnico en el que los que ya estaban se jugaban su oportunidad de seguir estando. Uno de ellos, su rival bajo los palos, era Kameni. Inmerso en un profundo ostracismo que se alargaba ya por dos temporadas el portero camerunés tuvo que oír como el Málaga le presentaba la salida del club.
Kameni, un luchador, decidió quedarse. Su ficha era el principal escollo para los dirigentes blanquiazules que siempre se habían mostrado encantados con el meta africano. Se llegó a un acuerdo, se le amplió el contrato, se le bajó el sueldo y Carlos Kameni jugó todas sus cartas para ser el portero que Javi Gracia necesitaba.
Sonó a broma para muchos aficionados, malaguistas y mexicanos, el hecho de que Kameni ocupara la meta malaguista de titular en el primer partido de liga. El Málaga había hecho un gran esfuerzo por fichar a Ochoa y, de repente, el suplente era el titular y la estrella ocupaba una plaza en el banquillo.
Ha llovido desde este verano, en Málaga hasta ha asolado la costa una manga marina, no les digo más. Kameni es el portero que Javi Gracia ha elegido como titular en la liga, Ochoa tendrá que esperar una oportunidad. Chance que, todo apunta, se dará en el encuentro de mañana de Copa del Rey donde se visitará Riazor.
Será el momento de mostrar en un partido de competición real que el míster puede contar con él. Si bien es cierto que el técnico navarro del Málaga ha dicho por activa y por pasiva que cuenta con el Memo y que le llegaría su oportunidad. También servirá este duelo para acallar la corriente fanática que viene desde México. Tendrán oportunidad de ver a su estrella tanto su seleccionador como sus aficionados que andan algo ofendidos por la suplencia de su meta titular con la tricolor.
Mientras Ochoa sigue trabajando sin levantar la voz, la presión va cargándose sobre sus hombros. El partidazo frente al Real Madrid de Kameni no ayuda mucho a un jugador que necesita sentirse importante bajo los palos. Importante como cuando se mostró inexpugnable en el gran Mundial de Brasil que realizó con México. Toca refrendar eso en España, llegó su momento, llegó el turno de Ochoa.
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