Ramón G. Bernasconi.- Mourinho sale del Manchester United. Se cierra un ciclo y se abre el balcón de las elucubraciones. Solari, entrenador del Real Madrid, si el club blanco no lo remedia con un comunicado que zanje todo, va a vivir un invierno muy largo. Cada partido será un examen y cada derrota una puerta abierta a la llegada, cierta o soñada, del portugués. La imaginación, el deseo y el esperpento forman parte de ese mundo intangible que rodea al fútbol y que, de pronto, se puede hacer real y presente con una fuerza demoledora.
Las relaciones de Mou con el club inglés al que pertenecía hasta hoy, eran tensas y se habían descompuesto. Como el agua estancada, ya olían muy mal. El técnico saliente es un especialista en alcanzar niveles de crispación que hacen la convivencia muy complicada. Ha pasado en casi todos los clubes en los que ha desarrollado su actividad. «Es su carácter».
Tras la salida de Zidane y consumado el cese de Lopetegui, la llegada de Santiago Solari no ha logrado frenar el desasosiego y la inquietud ante el juego poco brillante del equipo. El Madrid no juega bien pero está vivo y bien colocado en todas las competiciones. Sin embargo el gusto por los pupulismos hace que comience el “run run” y que suenen las castañuelas de cambio. No sabemos si es cierto, lo que está claro es que sonar, suenan.
A partir de ahora veremos el grado de respaldo que Solari tendrá del Real Madrid como institución, para suavizar los golpes de opinión, los juicios cada tres días y el tenso momento de las derrotas cuando lleguen. Para muestra un botón: Mundial de Clubes. Primera prueba para el argentino. Ojalá el Real Madrid apueste por la sensatez y no vuelva subirse a la noria.
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