Increíble pero cierto: el Real Madrid jugó bien un partido de fútbol esta temporada. Y le sirvió para ganar y adelantar en la clasificación al Sevilla que, por otra parte, no se presentó en el Bernabéu a disputarle el encuentro a los de Solari. También ocurrió otra cosa que, esta temporada, se echaba de menos: Modric sacó la batuta y controló el partido. Una excepcional actuación que, además, se redondeó con gol en el último minuto del descuento para cerrar el partido.
Y es que los de Machín realizaron un partido realmente flojo. No es difícil morder al pobre equipo dirigido por el conservador Solari, pero los andaluces se mostraron incapaces. De nuevo, fuera de casa, los hispalenses bajan las prestaciones. Además de Modric, volvió a destacar Benzemà. El delantero francés es inusitadamente importante en este equipo. Si ya lo era con Cristiano, sin el luso su participación para dotar de equipo la estructura blanca es vital. Se volvió a demostrar ante Sevilla que Benzema es un excepcional futbolista.
Y el tercero a destacar de los locales ha de ser Vinicius. Tanto por su descaro como por su creciente importancia en el juego. Eso sí, sin Benzemà parece un jugador menor, por lo que echado a la banda, y con la referencia del galo, se muestra como un cuchillo. Pero ninguno de los tres destacados fue el que desatascó el partido. Ese honor le tocó a Casemiro, que puso el primero, ya en el minuto 78, con un zapatazo desde muy lejos. Imparable para Vaclik, que aún la tocó. La pelota entró por la escuadra.
¿Será esta el inicio de la mejoría del Real Madrid? No sé sabe. Pero lo que sí que no se sabe es qué hace Lucas Vázquez para ser titular por decreto. Fue el partido del partido, y vuelve a demostrar que la titularidad indiscutible que le ha otorgado Solari no hay por dónde cogerla. En cinco días, llegan los cuartos de la Copa del Rey: llega el Girona.
Fotografía: Realmadrid.com
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