Inicio Opinión Antonio Oliver ADA Jaén: Balonmano, corazón, amistad y alegría

ADA Jaén: Balonmano, corazón, amistad y alegría

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Ciuri en suspensión. El pabellón lo sostenía.

Fue una noche de verano. Me encontraba a mitad de un programa nocturno de los que se inventan en época de vacaciones. Entonces la programación nacional era menos invasiva. Contábamos lo que pasaba cerca de nosotros. Hacíamos una radio muy pegada a las cosas que ocurrían la ciudad y en la provincia.

Paco Arbona, el técnico que estaba en el control de Radio Jaén aquella noche, me avisó de que abajo preguntaban por mí. Al instante vi cómo detrás del cristal aparecían tres o cuatro jóvenes. Presenté una canción que Paco se ocupó de seleccionar especialmente. Sonó «Samba pa ti». Era uno de los temas comodín que había para cuando tomábamos un café, atendíamos una llamada o, como en este caso, alguien llegaba al estudio. Duraba casi cinco minutos.Con el tiempo el protocolo se hizo más rígido pero entonces era así.

Juanqui Román y Carlos de Blas, con Quique Conejo al fondo celebran un triunfo.

El portavoz del grupo, un joven con barba muy poblada y con gafas, llevaba unos papeles en la mano y comenzó a contarme una historia que lo tenía todo para ser un cuento. Ilusión, fantasía, esperanza, determinación…y un final feliz. El joven era Justo Gámez. Un equipo de balonmano de Jaén había ascendido y jugaría esa temporada en categoría nacional, en el escalón previo a División de Honor. Necesitaban visibilidad, tenían que contar el proyecto y pedir ayudas. Reconozco que yo, «empanado» de fútbol, tardé un poco en ubicarme. El disco terminó y para no cortar la charla, Arbona fundió el tema de Carlos Santana con publicidad. La voz de Indalecio Morales sonó en una cuña de Caja Rural con guión de Antonio Machado: «Campo, campo, campo…entre los olivos, los cortijos blancos». La voz, el tono y el texto eran una maravilla. No entiendo cómo esa cuña no sigue sonando todavía.

Pasamos al estudio para seguir hablando. Comencé a leer una tanda de publicidad por palabras: «Paviter y Salima, Optíca Súarez, Gestoria Cancio… » Creo que Justo no dejó de contar cosas ni cuando estábamos a micrófono abierto. Recuerdo la charla. No recuerdo los detalles pero lo cierto es que aquel joven entrenador de balonmano, con su encendida «homilía» de media noche, me ganó para la causa. Los programas de deportes en Radio Jaén se convirtieron en un altavoz para contar aquel cuento de balonmano. Obvio los comentarios jocosos y la «guasita» de algunos que no veían la razón del aquel apoyo incondicional a una causa tan volatil aunque luego, ante lo rotundo de los hechos, alabaron mi intuición.

Lo conseguimos. Hubo socios, apoyos y después un sponsor. A partir de ahí el cuento que una noche me contó Justo Gámez empezó a hacerse realidad. Nada cómo imaginar algo en lo que crees ciegamente para terminar tocándolo con la mano. Justo fue el autor de aquella locura. Días memorables, partido épicos, noches inenarrables, amistades para toda la vida…y final feliz: Ascenso. Hay alguien imprescindible también en esta historia, Honorato Morente, que llegó con el corazón en la mano. Me apetece mucho contarlo. Continuará…