Inicio Opinión ¿El momento de la afición?

¿El momento de la afición?

Compartir

Pasan los días en la capital con pesadez y hartazgo comedido. Jaén se ha convertido en los últimos años en la ciudad de la crítica y la protesta. La intención siempre es la adecuada, pero no el modo empleado para ello. Las redes sociales han llegado a nuestros hogares para quedarse, es una evidencia. Sin embargo, no por ello deberían ser nuestra única arma ante las injusticias y atrocidades de los hambrientos de poder.

No hace mucho, Jaén se levantó brava durante algunas horas. Pronto, volvió a ser la ciudad a la que estamos acostumbrados, a la de la murmura a distancia y a timidez en las calles. No es, ni más ni menos, que el perfecto reflejo de la afición del Real Jaén.

Desde el aroma a gasolina en las calzadas, y los sonidos de claxon entre los balcones, la afición blanca ha vivido de nuevo inmersa en la crítica a distancia. Mientras tanto, el señor presidente disfruta de su fama solitaria en el palco de un club prácticamente centenario. Parece que los caracteres de las redes sociales vuelven a perder fuelle ante situaciones de máxima urgencia para un enfermo terminal. Ahora, la afición quiere volver a tomar la palabra con el fin de lograr lo casi imposible a día de hoy.

Líberos Real Jaén ha dado el paso, un paso valiente, esperado, razonable y necesario. Solo queda focalizar el objetivo, que únicamente es el de recuperar la vida de la entidad, el motor de la ciudad. Para ello, el primer golpe en la mesa es el de la afición. El sábado es el momento de la afición, el instante de la protesta, la hora en la que toda una ciudad, toda una hinchada, y en definitiva todo un sentimiento, deben aunar fuerzas para acercar la luz que se vislumbra al final del túnel.

Solo queda preguntarnos si esta protesta es suficiente para salvar una situación límite. Lamentablemente, es complicado alcanzar la meta propuesta con una serie de protestas aisladas. Sería conveniente plantear cuál será la situación del club unas horas después. Cuando el sol brote en la mañana del domingo, podríamos preguntarnos si todo lo que aconteció en la tarde del sábado fue suficiente para desterrar de su trono al innombrable.

En las tabernas de Jaén, todavía comparten taburete las tertulias de Superliga y batallas lejos del verdadero fútbol. A veces, la realidad más próxima pasa desapercibida entre la guerra de los ricos. Muchos intereses, condicionantes, y por qué no decirlo, aficionados, tumbaron un macroproyecto económica hace unos días. ¿Por qué una afición unida no puede conseguir algo similar ante un presidente solitario?

La parroquia blanca debe recorrer una carrera de fondo, de ruido continuado, de resultados, en definitiva. Todo ello es más complejo si Rodríguez se sostiene gracias a su séquito. Quizás, este último sea el último hilo que sostiene el sillón morado, el verdadero objetivo. A fin de cuentas, y ante un panorama de semejantes dificultades, las soluciones deben ser de grandes magnitudes, con toda una masa detrás. El éxito se construye despacio, aunque con cierta prisa pues el tiempo corre en contra del abuelo. Por ello, afición, plantilla, trabajadores del club, vecinos de Jaén, y por supuesto, medios de comunicación tienen y tenemos la obligación de compartir objetivo y manera de actuar para lograrlo. ¿Será el sábado el momento de la afición?