Aún perdura en la memoria de los aficionados aquellos tres días de gloria, vividos intensamente, en la hermana ciudad de Granada. Tres grandísimos partidos de nuestros héroes amarillos y, consecuencia de ellos, una nueva copa de España para las vitrinas jiennenses.
El tiempo, no obstante, va pasando y llega el final de la liga regular. El Jaén, de nuevo, dando alegrías a su multitud de seguidores queda situado en la cuarta posición, por debajo de Palma, Barcelona y Cartagena, pero superando a equipos como Pozo de Murcia, Valdepeñas o Inter Movistar.
Unos play off que se presentaban difíciles desde el primer momento. La marea amarilla lo sabía y, sin embargo, está dispuesta, como siempre, a dar el do de pecho y estar junto al equipo de sus amores siguiendo el liderazgo indiscutible de Daniel Rodríguez.
La primera eliminatoria ante el quinto clasificado, Pozo de Murcia, donde Jaén tenía factor cancha. El primer partido comenzaba complicado pues el equipo murciano se adelantaba en el marcador con gol de Rafa Santos y así se llegaba al descanso. Todo cambia en la segunda parte, la suerte empezó a acompañarnos y la remontada se hizo posible gracias al buen juego y garra desplegados.
El partido de Murcia quedará grabado para siempre, no solo por la segunda victoria amarilla, que encarriló la eliminatoria por la vía rápida, sino también por el masivo desplazamiento de la afición amarilla que hizo sentir a Jaén como local.
Y así llegaron las semifinales contra el campeón de liga regular y campeón de Europa. Ahí es nada. Difícil empresa máxime cuando, en esta ocasión, el factor cancha era favorable para ellos. Una pista inexpugnable donde ningún equipo visitante había ganado. Sin embargo, en el mundo del deporte y, en este caso, del fútbol sala, nada es imposible.
Y si, allí había nuevamente aficionados amarillos, pocos, pero ruidosos, arropando a su equipo y presenciando una increíble hazaña, otra más. Una noche mágica, imprevisible. Un resultado final (2-5) que dice, a las claras, quienes son y de donde vienen los jabatos vencedores.
El segundo partido en Jaén con las espadas en todo lo alto y las entradas agotadas. Un Olivo de Arena vestido de gala para la oportunidad histórica. Se respiraban nervios, impaciencia e inquietud. Cuarenta minutos de juego tenso y un empate a gafas en la primera mitad. Tras la reanudación, llegaría el tempranero gol amarillo. Desde este momento hasta el final, Jaén supo contrarrestar de manera imperial las embestidas visitantes con una lección de bloque armado y defensa magistrales.
Casi 7.000 corazones latiendo al unísono junto a sus jugadores que celebraban el histórico pase a la final de liga como realmente se merece. Conjunción perfecta entre afición y equipo
Ahora, la final contra el Barcelona al mejor de cinco partidos y con factor cancha, de nuevo, a favor del rival. Muy complicado, difícil empresa, pero, ¿alguien es capaz de pensar que es imposible vista la temporada que se ha realizado, la unión existente y el crecimiento apoteósico y vertiginoso que está teniendo este club? Se puede.
Follow
